Tratar de entender las compensaciones de carbono es como entrar en arenas movedizas. Haz una pregunta y terminarás con una docena más.

Jesse Klein, editor asociado de GreenBiz Group

Los créditos de carbono, han sido creados con la intención de disminuir el calentamiento global que está afectando a nuestro globo terráqueo; podríamos decir que su fecha de nacimiento, es 1997 con el protocolo de Kyoto; en ese momento los países firmantes acuerdan poner techo a las emisiones de los siguientes seis gases de efecto invernadero: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidroclorofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

Este Protocolo de Kyoto es un tratado internacional, el cual está sustentado en el Acuerdo de París sobre el cambio climático, el cual es jurídicamente vinculante; siendo adoptado por 196 Países en la COP21 en París, el 12 de diciembre de 2015 y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.

  1. ¿Qué es un bono de carbono?

El bono de carbono es un certificado comercializable que representa la evitación o eliminación de una tonelada de emisiones de dióxido de carbono equivalente (TnCO2eq) de la atmósfera. Al desarrollarse un proyecto de reducción de emisiones de dióxido de carbono, cada tonelada de emisiones reducidas genera un bono de carbono. Explicado en un ejemplo: si una empresa, a través de la medición de huella de carbono, conoce que emite 100 TnCO2eq, tendrá que adquirir 100 bonos para lograr neutralizar sus actividades.

  • Objetivo:

Es limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2°, preferiblemente a 1,5° grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales. Para alcanzar este objetivo de temperatura a largo plazo, los países se proponen alcanzar el máximo de las emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para lograr un planeta con clima neutro para mediados de siglo.

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Desde que esa declaración entró en vigencia, los Países y las empresas en los diferentes renglones de producción a nivel mundial y las cuales presentan altas cargas contaminantes, se les entrega la opción de en lugar de seguir pagando a través de impuestos a los gobiernos, se crea la figura del Crédito, el cual se podrá invertir directamente para generar proyectos verdes (de reforestación, sostenibilidad energética, etc.).

  • Cómo se manejan y utilizan:

En este sentido, es conveniente conocer la utilidad de los créditos de carbono, Un crédito o bono de carbono es una unidad que representa una tonelada de CO2 equivalente absorbida o evitada en la atmósfera. Estos créditos son generados por diferentes tipos de proyectos sostenibles que absorben carbono o evitan su emisión a la atmósfera.

Una vez generados y certificados por un tercero reconocido como el Carbon Development Mechanism (CDM), el Gold Standard, biofix, Verra, entre muchas otras a nivel mundial y validados por el ente encargado de regir las políticas ambientales de cada país, estos créditos pueden ser vendidos a empresas o estados para la compensación de sus propias emisiones.

Este modelo de negocio, busca ayudar a las empresas a compensar su huella de carbono, con el fin de ayudarlas en su meta de ser carbono neutro. Particularmente, en el mercado de los bonos de carbono funcionan bajo el método de pagos por beneficios. Una empresa, responsable de emitir CO2, contrata una firma con el fin de que esta busque el desarrollo de un proyecto medioambiental que reduzca, entre otras cosas, los Gases de Efecto Invernadero (GEI).

  • Mercado Regulado de Bonos de Carbono

Es el Mercado donde participan gobiernos y empresas para dar cumplimiento a las regulaciones referentes a la emisión de gases de efecto invernadero. Los mercados regulados de carbono son mecanismo de compra y venta de Certificados de Reducción de Emisiones (CERs, por sus siglas en inglés Certified Emissions Reductions).

En este mercado las empresas que emiten menos dióxido de carbono que el permitido por la legislación vigente, pueden vender ese «excedente de CO2» a otra empresa que por algún motivo supere los valores permitidos. las empresas calculan su número de emisiones y de acuerdo con el cálculo realizado de sus emisiones, definen el número de bonos a compensar.

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Cuando una empresa tiene clara la cantidad de emisiones generadas por su actividad industrial y operativa, entonces recurre a la compra de certificados de bonos o créditos de carbono, que les permite compensar las emisiones generadas, aportando con su compra a la conservación de bosques y al financiamiento de comunidades de territorios colectivos.

  • Los Mercados de Créditos de Carbono

El primer intento significativo de crear un mercado mundial de créditos de carbono fue el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM) del Protocolo de Kyoto de las Naciones Unidas de 1997. El CDM permitía a los países desarrollados cumplir con algunas de sus obligaciones climáticas mediante la financiación de proyectos de reducción de carbono en países en vías de desarrollo. Desafortunadamente, el sistema colapsó, entre otras razones, debido a las preocupaciones generalizadas sobre la eficacia ambiental, la corrupción y las violaciones de los derechos humanos.

Dentro del mercado de los bonos de carbono existen 2 grandes grupos: obligatorios y voluntarios.

  • Mercados Obligatorios de Carbono (MOC)

En los Mercados Obligatorios de Carbono, los créditos de carbono se utilizan para cumplir con las obligaciones legales y tienen un tamaño de mercado en 2020 de $ 261 mil millones. Este mercado es el más maduro y más grande de los dos mercados de créditos de carbono. Los MOC son herramientas utilizadas por los países para cumplir con sus ambiciones climáticas.

Los MOC se basan principalmente en un sistema de cap and trade (tope y comercio) de derechos de emisión en el que los gobiernos establecen un límite de emisiones y emiten varios derechos de emisión consistentes con ese límite.

A título de ejemplo, el coste de los créditos de la Unión Europea alcanzó en noviembre de 2021 un precio máximo histórico de 66 €/tonelada de CO2. Estos precios más altos de los derechos de emisión son una señal clave para el impulso de las empresas hacia la descarbonización.

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  • Mercados Voluntarios de Créditos de Carbono (MVC)

En los mercados voluntarios de compensación de carbono, las compensaciones se utilizan a discreción de las empresas, y el tamaño del mercado en 2021 alcanzó los $ 1 mil millones. En el MVC, las empresas o individuos asumen la responsabilidad de intercambiar créditos de carbono para compensar sus emisiones para cumplir con cero emisiones netas, carbono neutral u otros objetivos de reducción de emisiones. Existen cuatro participantes en los MVC:

  • Los desarrolladores de proyectos son los que crean el proyecto de compensación de carbono.
  • Los organismos o estándar de normalización revisan los proyectos según un criterio y operan un registro para permitir la emisión y el retiro de las compensaciones de carbono; tradicionalmente, los organismos gubernamentales certificaron créditos de compensación para los mercados de compensación de cumplimiento.
  • Brókeres brindan asesoramiento y facilitan las transacciones de crédito entre compradores y desarrolladores de proyectos.
  • Los usuarios finales son los que compran los créditos de carbono. Incluyen empresas que buscan alcanzar sus compromisos netos cero o grandes fondos de inversión que buscan comprar y vender más tarde a precios más altos o cubrirse contra los riesgos del cambio climático en sus carteras.

Según McKinsey, las proyecciones para los mercados voluntarios de créditos de carbono apuntan a que la demanda alcanzará las 2 gigatoneladas de dióxido de carbono para 2030 y hasta 13 Gt para 2050. Esto significa que para 2030 los créditos de carbono voluntarios podrían estar contribuyendo al 10% de las reducciones requeridas de 23Gt.

Los bonos de carbono obligatorios se basan en regulaciones de reducción de emisiones de carbono nacionales o internacionales. Por ejemplo, en el artículo 17 del Protocolo de Kyoto, se permite a los países y entidades privadas vender sus emisiones de carbono «sobrantes». Estas emisiones se venden actualmente a países o empresas que sobrepasan los límites de emisiones de CO2 que establece la regulación vigente. Y es por eso que se habla de un «mercado» de bonos de carbono. A partir del Protocolo de Kyoto, el carbono se convirtió en un commodity más, que los países y empresas intercambian y cuyo precio está regulado por el mercado.

  • Diferentes tipos de bonos de carbono

Existen diferentes dependiendo del proyecto que los genera:

Energía renovable: Estos proyectos construyen centrales solares, eólicas o hidroeléctricas para la producción de electricidad cero carbonos, reduciendo nuestra dependencia en combustibles fósiles y las emisiones de carbono asociadas a la generación de electricidad.

Floresta y conservación: Estos proyectos incluyen la reforestación (plantación de árboles en un área deforestado), y proyectos de conservación de ecosistemas (impidiendo la deforestación y preservando la biodiversidad). Estos proyectos a veces se les llaman de soluciones basadas en la naturaleza.

Waste to energy: son proyectos transformación de residuos en energía o biogás, los desarrolladores recogen los residuos de vertederos, comunidades o actividades agrícolas y capturan el metano que producen para generar electricidad. De esta forma, reducen la cantidad de metano emitido a la atmósfera y generan electricidad barata y sostenible.

Los créditos de carbono son un instrumento económico contemplado en el Protocolo de Kyoto. Cada crédito equivale a una tonelada de dióxido de carbono que ha sido dejada de emitir a la atmósfera.

  1. Cómo funcionan los créditos de carbono:

Únicamente pueden ser generados por los mecanismos establecidos en el Protocolo de Kyoto. Según qué mecanismo, se distinguen diferentes tipos de créditos:

  1. ERU, Emissions Reduction Unit: unidad de reducción de emisiones (AC). Cantidad equivalente a una tonelada de CO2 que se deja de emitir a la atmósfera por la puesta en marcha de un proyecto de aplicación conjunta.
  2. CER, Certified Emission Reduction: reducción certificada de emisiones (MDL). Representa una tonelada de CO2 que deja de emitirse a la atmósfera y que ha sido generada y certificada mediante el esquema del mecanismo de desarrollo limpio.
  3. RMU, Removal Unit (Afforestation & Forestation): unidad de absorción (forestación y reforestación). Cuota disponible para conseguir la eliminación de los gases de efecto invernadero mediante la utilización de sumideros de carbono.

Claro que también es verdad que algunos piensan que es dar dinero para que se les permitan seguir contaminando. Además, son créditos que se compran y venden en los mercados internacionales. O sea, que pueden ser objeto de especulación y no tienen por qué usarse para cuidar el medio ambiente. Como sucede a menudo con cualquier aspecto que roza la economía mundial, cumplirá los objetivos que se marcaron en su creación sólo si se hace un buen uso del plan.

  • Uso indebido de los créditos de carbono

Las compensaciones pueden cambiar el deber de las empresas de reducir las emisiones en manos de otra persona, por lo tanto, puede interrumpir una cultura creciente de la empresa para la reducción de carbono a través de la eficiencia energética o la energía renovable.

Pero de igual manera, existe mucha gente que este instrumento lo considera como greenwashing, el cual consiste en orientar la imagen de marketing de una organización o una empresa hacia un posicionamiento ecológico mientras que sus acciones van en contra del medio ambiente. Esa «comunicación verde» no siempre significa que la empresa sea más respetuosa con el medio ambiente ni que haya adquirido un compromiso medioambiental. Por lo que se define como una comunicación abusiva y engañosa.

  • Hacia dónde van los Créditos de Carbono

Este nuevo y amplio mercado, pareciera no contar todavía con regulaciones claras, ya que las que existen como hemos visto, son muchas veces utilizadas de acuerdo a los intereses particulares de cada país.

Con un mercado el cual, en el 2021 alcanzó a estar por encima de 1 mil millones de dólares, sin duda, es apetecible, no solamente para los países interesados en tranzar dentro de los límites impuestos, sino también existen muchos terceros, que han visto en los Créditos de Carbono, un mercado rentable, en donde algunas veces la poca transparencia de las esas transacciones ha encendido las alarmas, sobre supuestos manejos dolosos.

Hasta este momento pareciera que la realidad de este mercado, por demás interesante para los corredores de bolsa y para los negociantes astutos, esos quienes ven en este mercado una oportunidad de negocio, basado en las posibles ganancias a obtener; han desviado el objetivo original, el cual busca alcanzar un mundo más verde y con líneas claramente dirigidas a bajar el impacto de la desbocada carrera del consumo de combustibles fósiles.

Ese esfuerzo en estos años, sin duda ha quedado atrás y prevalece el interés monetario, pareciera que ha llegado el momento por parte de los países signatarios del Protocolo de Kyoto, de revisar estas “buenas intenciones” y retomar la idea de los créditos de carbono y hacer de ellos una normativa, más apegada a la valoración de las acciones en mejoras del ambiente y disminución de la temperatura para mediados de siglo.

Esta propuesta, sin dejar de manejarse en el mercado de la oferta y la demanda, porque sin duda es un elemento el cual agiliza este tipo de acciones, deben tener elementos pragmáticos, sustentados en la transparencia y que puedan representarse en reducciones válidas de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), sino es así, entonces tocará preguntarse, como lo identifica el título de este artículo serán ¿Los Créditos de Carbono son una Opción?

Fuentes: El Mundo: Economía y Negocio, TheEconomist.com, BBC Mundo.com, climatetrade.com, infobae.com, eluniversal.com.ve, oilprice.com, worldenergytrade.com, OPEP.com, Bloomberg.com, refinitydatastream.com, Thefinancialtimes.com, es.wikipedia.org, elordenmundial.com, eleconomista.es

Lenín David Rodríguez A.

Abogado y Licenciado en Geografía, con Post Grado en Derecho y Política Internacional de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Profesor de la Materia Geopolítica del Petróleo, en la UCV y Docente de Notabilis Energy, Empresa Internacional de Adiestramiento, especializada en el área de Hidrocarburos. Asesor en la Industria Petrolera.