El presidente Joe Biden ha decidido nominar al ex consejero delegado de Mastercard Ajay Banga para presidir el Banco Mundial (BM), una elección sorpresa en una institución a la que Washington está presionando para que amplíe su poder financiero y se enfrente a problemas globales como el cambio climático y la sanidad.

Banga «ha pasado más de tres décadas construyendo y administrando compañías globales exitosas, creando empleos y atrayendo inversiones para economías en desarrollo, y ha guiado a esas firmas durante etapas de cambios profundos», dijo Biden en un comunicado.

El CEO, de 63 años, es actualmente vicepresidente de la firma de inversión estadounidense General Atlantic. Antes de recalar en este puesto, pasó una década como presidente y director ejecutivo de Mastercard. También ocupó varios cargos en Citigroup, entre ellos el de director general de la región Asia-Pacífico.

Aunque el proceso oficial de nominación para reemplazar al presidente saliente, David Malpass, se abrió el jueves y no se espera una selección final hasta principios de mayo, el candidato de Washington tradicionalmente ha dirigido el BMl, en el que Estados Unidos es el mayor accionista. Malpass, que fue nominado por el expresidente Donald Trump, anunció inesperadamente la semana pasada que planea irse a fines de junio.

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La nominación llega en un momento en que el Banco Mundial y su institución gemela, el Fondo Monetario Internacional, se enfrentan a crecientes peticiones de ayuda, ya que el 60% de los países de renta baja están sufriendo problemas económicos. Desde hace meses, la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, está impulsando una evolución del BM desde su enfoque tradicional en dar préstamos específicos a cada país para centrarse en objetivos globales como la lucha contra el cambio climático y las pandemias.

Criado en India, Banga tiene «una perspectiva única sobre las oportunidades y los desafíos que enfrentan los países en desarrollo y cómo el Banco Mundial puede cumplir con su ambiciosa agenda para reducir la pobreza y expandir la prosperidad», dijo Biden.

Sin embargo, el candidato no aparecía en las quinielas de los analistas, donde estaban Samantha Power, directora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional; y Ngozi Okonjo-Iweala, actual directora de la Organización Mundial del Comercio, con doble nacionalidad nigeriana y estadounidense.

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Iniciativas regionales

El exjefe de Mastercard ha abogado por un mayor uso de los bonos verdes para impulsar la financiación con objetivos climáticos en los países en desarrollo. Y ha destacado el desafío de financiar proyectos positivos para el clima en países en desarrollo con altas cargas de deuda.

Banga ha codirigido la Asociación para América Central, una iniciativa lanzada por la vicepresidenta Kamala Harris para reunir el apoyo del sector privado para la región con el objetivo de crear más actividad económica y empleos, con contribuciones de más de 4.200 millones de dólares de unas 50 empresas y organizaciones.

La administración de Biden confía en que Banga tendrá un fuerte compromiso con la igualdad de género y la inclusión, y que su experiencia al crecer y pasar la primera parte de su carrera en India lo ayudará a tener una perspectiva diferente a la de sus predecesores, dijo un alto cargo de la administración a la prensa.

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El próximo presidente del banco tendrá la tarea de reformar la institución tras casi 80 años, un proceso impulsado por el G-20 el año pasado y promovida por Yellen. Entre otras recomendaciones, se insta al banco a abordar problemas globales y transnacionales, en particular el cambio climático, y ampliar su suficiencia de capital, lo que le permitiría compartir más fondos y asumir más riesgos, todo mientras continúa con su función tradicional de reducción de la pobreza y financiación de proyectos.

Sin embargo, cualquier esfuerzo deberá equilibrarse con la preservación de la calificación crediticia AAA del banco y el estado de acreedor preferencial, lo que le permite pedir prestado a bajo precio y prestar a tipos inferiores a los del mercado.

Malpass, cuyo mandato estaba previsto hasta 2024, acabó bajo los focos en septiembre después de realizar unas declaraciones confusas en las que parecía negarse a aceptar que el cambio climático está provocado por la acción del hombre y los combustibles fósiles, una posición que provocó una fuerte pérdida de confianza en Washington.

Fuente: El Economista / Bloomberg