El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que una de las lecciones aprendidas a raíz de la pandemia es que aunque a veces pueda resultar conveniente llevar a su máxima potencia la actividad económica, su sobrecalentamiento crea un serio riesgo de inflación.

En su intervención en el simposio de política económica de la Reserva Federal en Jackson Hole (Wyoming, EE.UU.), la directora adjunta del FMI, Gita Gopinath, señaló que esta es una de las lecciones aprendidas de los últimos años, en que la covid-19 y la guerra en Ucrania han sido un “test de estrés” para las políticas monetarias de los distintos países.

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Debido al resultado de la pandemia de covid-19 y de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los resultados de la política monetaria podrían ser peores de lo estimado, y “el trabajo de los bancos centrales devendría mucho más complejo”, afirmó la economista.

De acuerdo con Gopinath, la recuperación económica de la pandemia muestra que llevar la actividad económica a su pleno potencial crea un riesgo de inflación “significativo”, pese a que esta estrategia pueda resultar en determinados casos la apropiada.“La recuperación económica de la pandemia muestra que llevar la actividad económica a su pleno potencial crea un riesgo de inflación ‘significativo’, aunque esta estrategia pueda resultar en determinados casos la apropiada”, indica Gopinath

En el momento que la economía opera a plena capacidad –un objetivo habitualmente anhelado por la clase política y los principales actores económicos– el desempleo cae, sectores clave sufren problemas de suministro y las presiones inflacionarias se vuelven más intensas.

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La dificultad de medir la falta de actividad económica hace que sea difícil anticipar exactamente cuándo se producirá inflación, pero el riesgo aumenta significativamente en una economía que marche a ritmo acelerado”, apuntó la directora adjunta del FMI.

Gopinath por su parte agregó que la clase política debe refinar su implementación de medidas diseñadas para lidiar con impactos temporales en la cadena de suministro, puesto que la pandemia y la guerra muestran que estos impactos pueden tener efectos mayores y más persistentes sobre la inflación cuando la economía se sobrecalienta.

La economista se mostró esperanzada de que los bancos centrales puedan contener la inflación en los próximos dos años, aunque alertó de que uno de los mayores riesgos es que las expectativas inflacionarias se disparen y dejen de estar vinculadas a datos y análisis sobre la realidad de la economía.