Según el informe del órgano de comercio y desarrollo de Naciones Unidas los pronósticos de desarrollo económico en Latinoamérica serán de 2.3%, tres décimas menos de lo proyectado por la entidad para este año, como resultado de la guerra en Ucrania.

En el reporte titulado “Tapering in a time of conflict”, la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) subraya como factores que han alterado las estimaciones positivas al alza de los precios del combustible y los alimentos, dos rubros en los que tanto Rusia como Ucrania tienen importantes reservas y espacios en el mercado mundial.

La guerra en Ucrania ha provocado una súbita interrupción en el comercio mundial y es probable que tenga efectos a largo plazo en su estructura también”, afirmó la Unctad que identifica la escasez en materias primas que van desde el petróleo hasta minerales y alimentos como las consecuencias a corto plazo de la crisis.

El organismo ratificó que los países más afectados son aquellos que mantienen mayores relaciones comerciales con Rusia y Ucrania, además de las naciones europeas con dependencia energética rusa. Sin embargo, en el caso Latinoamérica, si bien el crecimiento se verá afectado, el panorama se perfila más bien “mixto” de acuerdo con Unctad; de hecho, de oportunidades para los Estados exportadores de materias primas y energía.

Aunque las cifras de crecimiento se reducirán sustancialmente con respecto a los niveles logrados en la fase de rebote de la pandemia, los exportadores de energía y materias primas, importante parte de la producción regional, seguirán teniendo crecimientos que compensen la situación”, señala la entidad.

Por parte de Centroamérica y el Caribe las previsiones decrecimiento aumentaron de 2.9% a 3.5%, mientras que en México bajo de 2.8% a 1.3% y Brasil pasó de 1.8% a 1.3%.

A lo delantero se añaden las sanciones impuestas a Rusia por parte de la mayoría de los países europeos y Estados Unidos, una medida política que podría empeorar aún más la situación economía mundial en un año en el que se esperaba ver los primeros signos de recuperación tras la crisis provocada por la covid-19.

Las restricciones bancarias pretenden aislar a Rusia, dificultando la expansión de las relaciones comerciales, económicas, financieras, con todos los países del mundo, que en la región impactan en primer lugar (…) Cuba, Venezuela o Nicaragua, pero también con Brasil, México o Argentina”, resalta Julio Gambina, economista, catedrático de la Universidad de Rosario (Argentina) y miembro del comité directivo de Clacso.

Asimismo, las afectaciones inmediatas hacia la región será para los países que han comprado o establecido desarrollos vinculados a las vacunas, resumidamente la Sputnik V de fabricación rusa. Al menos ocho países han adquirido este vial e incluso Argentina, mantiene un proyecto de producción local.

Del mismo modo en el plano de seguridad alimentaria, el acrecentamiento del precio de los fertilizantes -Rusia es uno de los principales exportador -, tendrá un efecto en el encarecimiento de los alimentos, en momentos de que, según la FAO, la región ya veía golpeada por la pandemia.

Según el organismo entre 2019 y 2020 el hambre acrecentó en la región un 30%, un escenario que podría ser peor con la crisis en Ucrania.

Las sanciones afectan a Rusia, también a los Estados sancionadores, no solo impactados por el alza inflacionaria, sino por la obstaculización de procesos productivos y de circulación, base del ideario de la globalización de este último medio siglo, la liberalización económica.

Ahora bien, la mayoría de los países europeos han acatado la postura de Estados Unidos para establecer sanciones económicas contra Rusia, por ahora en América Latina ningún país ha asumido dichas posturas más allá de condenas diplomáticas.