Repsol y Sinopec han firmado la paz tras su acuerdo para resolver el arbitraje que les enfrentaba en Reino Unido.  Ambas compañías, a través de su alianza en Brasil, acaban de llegar a un acuerdo con Equinor (35%) y Petrobras (30%) para llevar a cabo una inversión de 8.170 millones de euros en el desarrollo del pozo Campos 33.

Repsol Sinopec se consolida así como un importante actor gasista en Brasil, contribuyendo a la apertura del mercado del gas con su experiencia internacional, ya que el gas natural representa dos tercios de las reservas y de la producción del Grupo Repsol.

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BM-C-33 enfatiza el compromiso de la compañía no sólo con el desarrollo de un mercado nacional de gas cada vez más competitivo, sino también con el desarrollo local, ya que el proyecto estima la creación de 50.000 nuevas oportunidades de empleo directo e indirecto a lo largo de su ciclo activo.

«La Decisión Final de Inversión (FID) de BM-C-33 es un hito en nuestra trayectoria de 25 años en el país, reforzando el papel estratégico de Brasil en las actividades globales de Repsol y Sinopec. El yacimiento será una importante fuente de gas para el mercado nacional, contribuyendo a posibilitar una transición ordenada hacia un futuro de bajas emisiones. Es el momento adecuado para el proyecto adecuado», afirma Alejandro Ponce, Consejero Delegado de Repsol Sinopec.

Repsol Sinopec fue operador del campo durante la campaña de exploración en la que se descubrieron Gávea, Seat y Pão de Açúcar. BM-C-33 contiene reservas recuperables de gas natural y condensado de más de mil millones de barriles equivalentes de petróleo (boe).

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La FID de BM-C-33 es también un hito importante para el mercado brasileño de gas, con una capacidad de flujo estimada de 16 millones de metros cúbicos de gas al día. Esto equivale al consumo de todo el estado de São Paulo, demostrando su potencial para suministrar energía a Brasil para satisfacer su creciente demanda y crear valor para la sociedad.

El BM-C-33 se desarrollará mediante un concepto innovador en Brasil, utilizando un FPSO (Floating Production Storage and Offloading unit) que podrá procesar el gas producido, y ya especificarlo para su venta, sin necesidad de procesamiento adicional en tierra. Está previsto que el gas se exporte a través de un gasoducto offshore de 200 km desde la FPSO hasta Cabiúnas, en la ciudad de Macaé. Está previsto que los líquidos se descarguen en buques cisterna.

Además, el FPSO utilizará turbinas de gas de ciclo combinado que pueden reducir significativamente las emisiones de carbono del yacimiento. Esta tecnología combina una turbina de gas con una de vapor para aprovechar el exceso de calor que de otro modo se perdería. Ello reducirá considerablemente las emisiones de carbono del yacimiento, con una media inferior a 6 kg/boe a lo largo de su vida útil, lo que supone unos dos tercios menos que la media del sector.

Estas innovaciones pueden impulsar no sólo la producción nacional de gas, sino también el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan reducir las emisiones de carbono.

Fuente de: El Economista