El Banco Central entregó un nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM), esta vez para el mes de septiembre, que contempla los últimos acontecimientos en materia económica, como la fuerte desaceleración de la actividad, una inflación que ya supera el 13% anual y el resultado del plebiscito constitucional del domingo que entregó un holgado triunfo al Rechazo.

El instituto emisor acomodó sus estimaciones de crecimiento del PIB para este 2022, incrementando la parte baja del rango desde 1.5% a 1.75% en comparación al reporte de junio, aunque ajustando a la baja en la misma magnitud el techo, de 2.5% a 2.25 por ciento. Esto en ventaja de un ritmo de expansión que ha sorprendido en el inicio del año, pero que se ha desacelerado en lo más reciente.

«Los datos del segundo trimestre e inicios del tercero indican que la economía continuó en el proceso de ajuste tras los fuertes desequilibrios acumulados en 2021», dijo el banco en el reporte.

Donde fue más patente el ajuste a la baja fue en el escenario para el 2023, profundizando la apuesta por una contracción de la economía. En específico, el emisor pasó de esperar en junio un rango entre un aumento de 0% y una caída de 1% en 2023, a oscilar ahora entre una contracción de 0.5% y 1.5% el año que viene.

¿Por qué? «La proyección de actividad considera que el consumo privado seguirá ajustándose, resultado que en parte importante se deriva del fin de las abultadas medidas de apoyo a los ingresos adoptadas en 2021, así como de la restrictividad de la política monetaria», apuntó el Consejo, aludiendo a la reversión de los «desequilibrios acumulados» en los últimos dos años.

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En el escenario central, los consejeros preven que la economía crecerá por debajo de su potencial por varios trimestres más, con lo que la brecha (entre el PIB de tendencia y el efectivo) «seguirá reduciéndose y se ubicará en niveles negativos a partir de fines de este año».

La preocupación por la persistente inflación

En cuanto al incremento por sobre lo esperado de la inflación, el banco continuó ajustando su escenario para los precios.

De esta manera, se prevé que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cierre el año en 12%, 2,1 puntos porcentuales por sobre la proyección del IPoM de junio. Para el 2023 el ajuste fue de seis décimas a 3.3%, mientras que para un año más tarde se situó en 3%, al igual que hace tres meses.

El Consejo advirtió en este informe que si bien los precios debieran comenzar a ceder, en línea con la desaceleración de la economía y la política monetaria más restrictiva, hay peligros que pueden hacer más persistente el encarecimiento del costo de la vida.

En el escenario central, la entidad estima que la inflación total está «cercana a alcanzar su nivel máximo en este ciclo, lo que se sigue previendo ocurrirá en el tercer trimestre de este año«, declaró el emisor.

«Las proyecciones del escenario central consideran que el ritmo de alza de los precios descenderá en los próximos meses y la inflación anual comenzará a bajar. No obstante, el riesgo de observar un fenómeno inflacionario mucho más persistente es una preocupación para el Consejo. De concretarse, podrían llevar a una restrictividad monetaria mayor, por fuera del límite superior del corredor de TPM», afirmaron los consejeros en el informe, quienes apuntaron que el escenario más probable es el regreso de la inflación a la meta del 3% en 2024.

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¿Hasta dónde llega la tasa?

El banco reiteró el mensaje de la Reunión de Política Monetaria (RPM) del martes, cuando sorprendió al mercado con un incremento de 100 puntos base, para llevar la tasa de interés a 10.75 por ciento.

«Este riesgo (de aumento persistente de la inflación) es especialmente relevante en un contexto donde la inflación ha sorprendido al alza por varios trimestres y las expectativas inflacionarias permanecen sobre 3% a dos años plazo. Recuperar rápidamente los equilibrios macroeconómicos ayudará a reducir este riesgo, al mismo tiempo que permitirá que la economía chilena pueda enfrentar adecuadamente un mayor deterioro del escenario externo«, dijo el instituto emisor.

Con reiterar que la tasa se ubica «en torno al nivel máximo que considera el escenario central de este IPoM», el banco apuntó que los próximos movimientos dependerán de la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia de la inflación a la meta.

«El Consejo permanecerá especialmente atento a los riesgos al alza para la inflación, tanto por el elevado nivel que ésta ha alcanzado como por el hecho de que las expectativas de inflación a dos años plazo siguen por sobre 3%», resaltaron.

«El objetivo del Banco Central es lograr que la convergencia de la inflación se dé con un ajuste en materia de actividad económica que sea breve, ordenado y lo menos costoso posible», cerraron.

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Inversión y consumo se resienten

Por ende, recortó en seis décimas su apuesta para el crecimiento del consumo total este año, a 2.2%, mientras que de cara al 2023 el ajuste fue de nueve décimas, ahora esperando una caída de 4.6 por ciento.

Por el lado de la inversión, el banco vislumbra una caída de 3.3% este año, menor a la merma de 4.8% que preveía en el IPoM de junio. Sin embargo, en 2023 la contracción se profundiza a 4.7%, 2.5 puntos porcentuales peor a lo estimado hace tres meses.

«En la inversión, se anticipa un débil desempeño durante lo que queda de 2022 y todo 2023, reflejo de condiciones financieras menos favorables, un mayor pesimismo de las empresas, un tipo de cambio real más elevado y una incertidumbre que desciende, pero lentamente», detallaron las autoridades monetarias.

Las implicancias del resultado electoral

Motivado a la cercanía de la preparación del IPoM con el referéndum de salida, donde se rechazó el borrador de nueva Constitución, el instituto emisor no profundizó mucho en sus implicancias, pero sí anticipó una reducción de la incertidumbre tras el resultado.

«El escenario central no considera un efecto específico en la economía por el resultado del plebiscito. Este supone que la incertidumbre irá reduciéndose gradualmente en los próximos trimestres, en medio de un proceso donde los cambios institucionales continúan, permitiendo un funcionamiento adecuado de las instituciones y de la economía«, señalaron los consejeros.

¿Comienza a ajustarse la cuenta corriente?

Una de las luces de alerta que ha encendido el Banco Central en lo más reciente es el alto déficit de cuenta corriente, que acumuló un saldo negativo que representó el 8,5% del Producto al cierre del segundo trimestre, «reflejando aún la magnitud de los desequilibrios de 2021, a los que luego se unieron un deterioro de los términos de intercambio y altos costos de transporte».

Tal como explicó el banco, el «desbalance» se explica porque la relación ahorro-gasto del gobierno tuvo un rol preponderante, fruto de las medidas de apoyo a los ingresos que se adoptaron durante 2021, mientras que los hogares también mostraron un «desbalance significativo«, por la liquidación de ahorros que implicaron los retiros de fondos previsionales para financiar mayores niveles de consumo privado.

«Si bien la relevancia de estos fenómenos ha ido en retirada, esto solo comenzará a ser visible en el saldo de la cuenta corriente en la segunda mitad de este año«, finalizaron los consejeros.