Argentina consiguió reducir ligeramente la tasa de pobreza en el primer semestre del año en un contexto de crecimiento económico más moderado y de bajada del desempleo, pero la indigencia aumentó y los sectores más vulnerables de la población continuan a merced de los efectos de la elevada inflación.

De acuerdo con lo informado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa de pobreza urbana se situó en el primer semestre del año en el 36,5 % de la población urbana, apenas 0,8 puntos porcentuales por debajo del nivel registrado en la segunda mitad de 2021 y 4,1 puntos menos que el mismo periodo del 2021.

Por ende, la tasa de indigencia se situó el primer semestre en el 8,8 %, 0,6 puntos por encima de la segunda mitad del año pasado, aunque con 1,9 puntos menos que en el mismo periodo de 2021.

Nota relacionada Banco central de Argentina oficializa alza de tasa referencial a 75% anual

CRECIMIENTO Y EMPLEO

Para Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, el principal factor detrás de esta leve reducción en la tasa de pobreza es que entre enero y junio pasado continuó la recuperación del nivel de actividad económica y del empleo, con un aumento en 600.000 puestos registrados entre junio de 2021 y el mismo mes de este 2022.

De la mano del crecimiento acumulado de la economía argentina del 6,5 % en el primer semestre -una expansión más moderada que la de 2021-, la tasa de desempleo bajó en el segundo trimestre del año al 6,9 %, su nivel más bajo en siete años.

No obstante, tal como lo observó Marí, a partir de marzo se quebró la tendencia de recuperación del poder adquisitivo de los salarios.

Nota relacionada Cavenarg y Argentina evalúan estrategias para el intercambio bilateral en materia de producción

«Esto hace pensar que, a partir de ese mes, la pobreza por ingresos volvió a crecer, si bien en el promedio semestral se mantuvo por debajo de lo registrado en 2021», dijo a Efe el economista.

IMPACTO INFLACIONARIO

El objetivo de reducir la pobreza en Argentina sigue enfrentando, entre otros, el escollo de la persistente y elevada inflación, que acumuló en el primer semestre del año un alza del 36,2 %, impactando de lleno el costo de la cesta básica de alimentos y servicios, cuyo valor marca la línea de la pobreza.

La inflación se ha incrementado aún más desde el inicio del segundo semestre, con tasas mensuales del 7,4 % en julio y del 7 % en agosto, lo que torna difícil que la tenue tendencia de reducción de la pobreza se mantenga en la segunda mitad del año, en la que, además, la actividad económica tiende a desacelerar aún más su ritmo.

«No somos optimistas en cuanto a que esa dinámica se sostenga en la actualidad, sobre todo por la erosión de los ingresos que significa la aceleración de la inflación«, señaló en un informe la consultora LCG, que notó que ya en agosto último el costo de la cesta básica de alimentos y servicios registraba una subida interanual del 75,2 %.

Marí, por su parte, afirmó que, mientras la inflación se ha ido acelerando, los salarios fueron desacelerando su ritmo de crecimiento en el primer semestre.

Nota relacionada Argentina establece «dólar soja» a 200 pesos en busca de 5.000 millones de dólares

En simultáneo, conforme con el marcó el economista, el mercado laboral «profundizó su flexibilización de hecho«, ya que entre diciembre de 2021 y junio de este año el número de empleados registrados aumentó en 231.000, pero el 60 % de esa subida se explicó por un incremento de los trabajadores independientes -no de puestos asalariados formales-.

«Todo esto tiene de fondo que la incertidumbre, la volatilidad de reglas de juego y el castigo que impone Argentina al sector privado van en detrimento de la inversión de largo plazo, lo que afecta la sostenibilidad del crecimiento. Y sin crecimiento no es posible sostener los procesos de reducción de la pobreza», señaló Marí.