Perú ha holgado su serie más pronunciada de endurecimiento de la política monetaria con una nueva alza a su tasa de interés, de hecho, luego de que las perspectivas de inflación comenzaron a mejorar.

El banco central aumentó su tasa de referencia en un cuarto de punto porcentual el jueves, a un máximo de 21 años de 7,25%. Eso representa un aumento desde una tasa de solo el 0,25% hace poco más de un año. Siete de los 12 economistas encuestados por Bloomberg pronosticaron el incremento —que fue el decimosexto consecutivo—, mientras que cinco estimaron que la tasa se mantendría sin cambios.

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Por su parte, los banqueros centrales están tratando de hacer que la inflación baje de manera decisiva hacia el objetivo del 2% y limitar el riesgo de fuga de capitales a medida que la Reserva Federal de Estados Unidos endurece su política monetaria. También el banco señaló que espera que la inflación vuelva a su objetivo del 1% al 3% en la segunda mitad del próximo año.

Los bancos centrales de Perú, Colombia y México se acercan al final de la fase más pronunciada de endurecimiento monetario de su historia, mientras que las autoridades de Brasil y Chile ya terminaron con las alzas. La inflación se disparó por encima del objetivo en toda la región debido a que la escasez de suministros y la invasión de Rusia a Ucrania impulsaron los precios al consumidor.

Bajo este panorama, la presión de los precios ahora está comenzando a enfriarse en todas las principales economías con metas de inflación de América Latina, excepto Colombia, los banqueros centrales desconfían de quitar los frenos prematuramente.

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El economista para América Latina de Bloomberg Economics, Felipe Hernández, declara que Perú continúa subiendo sus tasas porque, aunque la inflación general está cayendo, la inflación subyacente sigue subiendo, y porque las autoridades están preocupadas de que las tasas de interés más altas en EE.UU. impulsen la salidas de capitales, una mayor depreciación de la moneda y aumenten los riesgos para la estabilidad financiera.