Los ministros de Economía y Finanzas y los gobernadores de bancos centrales del grupo de las 20 mayores economías (G20) se reunieron en la isla indonesia de Bali protagonizada por las recriminaciones a Rusia por la guerra de Ucrania y su efecto en la seguridad alimentaria global.
Una de las más tajantes a lo largo de las jornadas, de carácter híbrido (virtual y presencial) y que se prolongaron hasta ayer sábado, fue la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, la cual acudió en persona a Bali.
Yellen reiteró que Moscú está usando los alimentos como “arma de guerra” en Ucrania luego de la invación del país en febrero, lo que está exagerando las consecuencias de la pandemia de la covid-19 y la crisis climática en la seguridad alimentaria.
“Los que están siendo afectados más directamente son los hogares más pobres de los países más pobres. Familias que usan una parte desproporcionada de sus ingresos en comida son forzadas a duros dilemas”, indicó Yellen en un debate celebrado en el marco de la reunión de Finanzas del G20 en Nusa Dua, al este de Bali.
Por su parte, Rusia bloquea la salida de cereales ucranianos en los puertos del mar Negro, una situación al que se intentó buscar soluciones esta semana en un encuentro entre Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU en Estambul (Turquía).
Presencia rusa
Si bien el titular ruso de Finanzas, Anton Siluanov, participó de manera virtual, al igual que su homólogo ucraniano, Serhiy Marchenko, cuya nación ha sido invitado este año a las reuniones del G20 debido a la guerra, Rusia sí envió una delegación a Bali, encabezada por el viceministro de Finanzas, Timur Maksimov.
“Los responsables rusos, incluyendo los que participan en esta sesión, deberían reconocer que están contribuyendo a las horribles consecuencias de esta guerra a través de su continuado apoyo al régimen de Putin”, agregó Yellen.
Asimismo, el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, por su parte acusó a Rusia de las consecuencias de la guerra de Ucrania en la economía global, en particular el riesgo de una crisis alimentaria.
“Que no haya dudas: es debido a la guerra de Rusia que la recuperación de la economía global afronta ahora un importante retraso”, dijo Gentiloni.
Un tono acusatorio que secundó este viernes el ministro del Tesoro australiano, Jim Chalmers: “Es la invasión por parte de Rusia lo que ha socavado la seguridad energética y alimentaria y no las sanciones, y por tanto Rusia debe asumir la total responsabilidad por esto”, resaltó.
Necesidad deconsenso
A pesar de que esta vez no se ha llegado al punto de abril, cuando varios inistros de Finanzas del G20 salieron de la sala cuando hablaron los representantes rusos, las diferencias entre los asistentes y las tensiones por la guerra de Ucrania son también palpables y dificultarán el objetivo: que se llegue a acuerdos conjuntos.
No conseguir que haya un comunicado final consensuado, como requiere Indonesia, que preside este año el G20 e intenta tender puentes entre Rusia y Ucrania -su presidente, Joko Widodo, viajó a ambos países hace dos semanas-, “sería catastrófico”, anticipó este viernes la ministra de Finanzas indonesia, Sri Mulyani Indrawati.
El mundo se enfrenta, aseguró, a una “triple amenaza” por la guerra en Ucrania, el encarecimiento energético y la inflación global.
“Alrededor del 60 por ciento de las economías con menos ingresos tienen problemas para pagar sus deudas externas o están a punto de tenerlos”, declaró Indrawati.
Indrawati resaltó que en los dos últimos años el número de personas que afrontan inseguridad alimentaria ha pasado de 135 millones antes de la pandemia de covid-19, a 276 millones en estos momentos, mientras que el precio del crudo se ha encarecido un 350% entre abril de 2020 y abril de 2022.
Posibles medidas
Las divisiones del grupo complican tomar decisiones en consenso y de “manera rápida”, como urgió Yellen, al tiempo que hizo un llamamiento a que los países no impongan restricciones a las exportaciones de alimentos ni acumulen existencias.
Por su parte, la secretaria del Tesoro estadounidense también insistió desde Bali en la necesidad de acordar un mecanismo para imponer un tope al precio del crudo ruso que “ayude a los consumidores de todo el mundo” sin tener que incurrir en prohibiciones directas.
Las 20 mayores economías del mundo deberán abordar otros asuntos hasta el sábado, como los desafíos de la crisis climática, la transición ecológica, la sostenibilidad de la deuda y un modelo económico sostenible e inclusivo.
De acuerdo con los organizadores, asisten al G20 de Finanzas en Bali 120 delegados por teleconferencia y 407 de manera presencial, incluidos 18 ministros de Finanzas y 11 gobernadores de bancos centrales.
El G20 está formado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, el Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea.
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