Se ha ralentizado más de lo previsto por el consenso

La tasa de inflación del Reino Unido ha caído por tercer mes consecutivo en enero y ya se sitúa en el 10,1%, por debajo de las expectativas del consenso, aunque los elevados precios de los alimentos y la energía siguen presionando a los hogares británicos.

Lo cierto es que los precios se han ralentizado más de lo previsto, ya que el consenso había pronosticado que la inflación caería al 10,3% en el primer mes de 2023, tras caer al 10,5% el pasado diciembre.

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Cabe recordar que la inflación no ha dejado de caer desde que en octubre alcanzara su nivel más alto en 41 años (11,1%), aunque sigue siendo de dos dígitos y la crisis del coste de la vida parece no tener solución a corto plazo.

Y es que el IPC subyacente, que no incluye alimentos, energía, alcohol ni tabaco, fue del 5,3% en enero, frente al 5,8% de diciembre, según ha publicado este miércoles la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés).

Según la ONS, los sectores que más contribuyeron al alza fueron el de la vivienda, el gas y la electricidad, los alimentos y las bebidas no alcohólicas, mientras que las mayores caídas de precios se registraron en el transporte (en particular, el transporte de pasajeros y los carburantes) y los restaurantes y hoteles.

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Los precios de la energía se han suavizado un poco, ayudados por un invierno cálido en Europa, pero esto se ha visto parcialmente compensado por el aumento de los precios de las bebidas alcohólicas y el tabaco, ha explicado la oficina de estadística británica.

«Es fundamental recordar que los precios no van a empezar a bajar, sino que van a seguir subiendo, aunque no tan deprisa», apunta Richard Ollive, asesor financiero principal de Wesleyan, que cree que la presión sobre los hogares «seguirá siendo dolorosa, sobre todo porque los sueldos de los ciudadanos no han crecido tan deprisa como sus facturas». Es más, cree que «hay muchas posibilidades de que vuelvan a subir los tipos de interés».

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Aunque los analistas de Pantheon Macroeconomics apuntan precisamente en la dirección contraria, resaltando que la subida de los precios subyacentes «se ha ralentizado bruscamente, lo que respalda una pausa del Comité de Política Monetaria el mes que viene». En su opinión, el informe del IPC de enero da al Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) «la flexibilidad necesaria para mantener el tipo de interés bancario en el 4,0%» en la reunión de marzo.

 Fuente: Bolsamanía.