Poco más de dos partes de las marcas conceden mucha importancia al propósito, pero en realidad solo la mitad se toma la molestia de definir claramente este concepto.

La intención se ha transformado en el punto donde siempre se entromete en la arena del marketing y la publicidad. Además, pocas marcas se atreven a despreciar un tema que se inició como una moda, pero que ha terminado metamorfoseándose en un auténtico «must» absolutamente irrenunciable.

No obstante, la verdad es que a la hora de aproximarse al propósito las marcas parecen atrapadas en una paradoja. De acuerdo a un reciente estudio llevado a cabo en Alemania por news aktuell, casi dos terceras partes de las marcas otorgan muchísima importancia al propósito, pero a ciencia cierta solo la mitad se toma la molestia de definir explícitamente este concepto.

Motivado a esto, las compañías parecen no mantenerse de manera suficientemente uniforme (sino más bien de manera paradójica) en correlación con el propósito. El 63% de las marcas concede mucha o bastante relevancia al propósito, pero solo el 46% formula con claridad el propósito por el que se guían sus acciones.

Las marcas no exprimen todo lo deberían el propósito

Esta disconformidad es seguramente la responsable de que solo el 46% de las empresas use el tema del propósito para montarse en su comunicación externa y que apenas el 47% introduzca este concepto en su comunicación interna.

Conforme a los 353 profesionales de la comunicación consultados en el marco del informe, el 77% de las marcas que han definido anticipadamente un propósito vive igual de acuerdo a él. De hecho, solo una pequeña parte va más allá y toma el pulso a la implementación del propósito del que han elegido colgarse del brazo. Exclusivamente el 32% de las compañías pertrechadas de un propósito específico toman la medida al rendimiento de ese propósito.

Es conveniente mencionar que el 42% de las marcas renuncia a una definición concreta de su propósito. Según, uno de cada diez profesionales de la comunicación confiesa desconocer si hay o no una definición específica del propósito en el seno de su compañía.

El 47% de los profesionales de la comunicación les gustaría que las empresas que les tienen en nómina estuvieran aprovisionadas de una definición clara del propósito que las mueve. Así y todo, el 26% asegura no necesitar en modo alguno una definición específica y el 25% no tiene una opinión clara al respecto.