El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) completó el viernes la segunda revisión del Acuerdo de Línea de Precaución y Liquidez (PLL) para Panamá por 2,500 millones de dólares, en plena crisis social en el país.

El PLL, aprobado el 19 de enero del año pasado, es como una póliza de seguro contra impactos extremos derivados de la incertidumbre global provocada por la guerra en Ucrania y las nuevas variantes de Covid-19 que pueden hacer descarrilar la recuperación económica.

Un total de 1,884 millones de Derechos Especiales de Giro que al cambio actual equivalen a unos 2,500 millones de dólares, que Panamá tiene a su disposición por si los necesita.

El acceso al monto total del PLL «estará disponible después de completar esta revisión» sin embargo, las autoridades panameñas «tienen la intención de seguir asignando al acuerdo un carácter de precaución«, apuntó el FMI en un comunicado.

La economía de Panamá aumentó 15.3% en 2021, reponiendose a medida que se suprimían los confinamientos impuestos para luchar contra la Covid-19, y se espera que continúe por la senda del crecimiento en 2022, debido en parte a la reanudación de la construcción de una nueva línea de metro y la mejora de la inversión privada.

El FMI otorga este tipo de acuerdos a naciones que pueden satisfacer sus necesidades de financiamiento externo, como es el caso de Panamá, una economía dolarizada basada en gran medida en las actividades vinculadas con el Canal que conecta los océanos Pacífico y Atlántico a través del Mar Caribe.

Por tanto, la economía de Panamá se estableció en 2021 «impulsada por un repunte de la demanda interna y mayores exportaciones de cobre, a pesar de los continuos desafíos de la pandemia de Covid-19 y las incertidumbres mundiales«, apuntó luego de las deliberaciones Kenji Okamura, subdirector gerente, citado en el comunicado.

La incertidumbre continuará en 2022, ya que las consecuencias de la guerra en Ucrania, la subida de los precios del petróleo, las condiciones financieras globales más estrictas y las nuevas variantes de Covid-19.

Okamura afirma la importancia de fortalecer la gestión de las finanzas públicas y la transparencia fiscal «para preservar la posición de Panamá como centro financiero regional».

Por su parte, el país centroamericano experimenta una de las mayores crisis sociales desde que en 1989 cayó la dictadura militar del general Manuel Antonio Noriega tras la invasión estadounidense.

El descontento se genera en un panorama de 4.2% de inflación interanual registrado en mayo, una tasa de desempleo en torno a 10% y un aumento en el precio del combustible de 47% desde el comienzo del año.