El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), anunció que el Indicador de Confianza del Consumidor había llegado a 34,7 durante abril, lo que muestra una caída de 0,6 puntos. Este está asociado principalmente por el futuro de la economía del hogar.

Este indicador en específico ha representado un significativo retroceso durante los últimos meses, así como el referente a la situación del país. “Nos retrocede hasta el nivel de julio de 2021”, dijo Juan Daniel Oviedo, director del Dane. Estos datos son más bajos que los de cierre de 2021. Es decir, en octubre, alcanzó 40,19, siendo la mayor confianza del año. Desde entonces ha venido en descenso, marcado especialmente en enero cuando su variación mensual fue de -3,36.

Al desvincular por ciudades, se encuentra que Cúcuta, Medellín e Ibagué son las que lideran la confianza, con 43,9, 41,5 y 40,6 respectivamente. Por el contrario, Sincelejo (30,4), Riohacha (27,1) y Cartagena (24,7) se encuentran en el extremo opuesto con la mayor incidencia hacia el pesimismo.

Esta regresión está revelando en parte por factores como la inflación que han venido en aumento desde el año pasado. incluso, en abril alcanzó 9,23% en su dato anual, convirtiéndose en el registro más alto en 21 años.

El resultado de esta cifra se indica en la respuesta a la cuestión de cómo se ve la situación de su hogar frente hace 12 meses, a la que 46,3% de los hogares afirman que es peor o mucho peor. “En primer lugar, esto es una mejora frente al año anterior en abril, porque es una reducción de casi 18 puntos de prevalencia frente al pesimismo de hace 12 meses”, apuntó Oviedo.

En cuanto a las perspectivas a futuro, 26,4% de los jefes de hogar consideran que la condición de su hogar va a ser mejor o mucho peor. El empeoramiento que visualizan los hogares está marcado por 30,9% del total, que esperan que su situación sea mucho peor.

Además, no solo este factor influye. La perspectiva a futuro de la economía nacional muestra resultados similares, con más inclinación hacia el pesimismo, debido a que uno de cada cuatro hogares considera que en los próximos meses la situación va a ser peor.

En cuanto a la adquisición de bienes básicos, 62,3% reveló no tener posibilidad de adquirir artículos de primera necesidad, conforme a la encuesta Pulso Social del Dane.

Eso significa que dos tercera partes tiene limitaciones para adquirirlos, un elemento que también se aterriza en bienes semidurables, ya que 74% de los hogares no manifiesta tener menores posibilidades”, agregó el director del Dane.

La encuesta de la entidad reveló también que 83,7% considera que los precios van a seguir en aumento o bien al mismo ritmo que abril o más alto. “Estamos expresando expectativas inflacionarias muy elevadas”, afirmó Oviedo. En cotejo con marzo, esta perspectiva es estable, lo que es consecuente con la relativa estabilidad que se ha dado en la inflación.

La inflación estaría explicando parte de este comportamiento, teniendo en cuenta que ha tenido un aumento considerable en los últimos meses. “La inflación ha tenido impacto sobre la confianza de los hogares debido al menor poder adquisitivo, es decir, los ingresos reales vienen reduciéndose”, asegura Juan Camilo Pardo, analista de Corficolombiana.

Un elemento que también estaría generando menor confianza son las elecciones presidenciales. Según Pardo, esto genera incertidumbre entre los hogares, por lo que afecta su perspectiva. En consecuencia, implica que haya una aversión al riesgo, por lo que el consumo se puede ver afectado.

Al estudiar los datos por sexo, se encuentra que las mujeres tienen una perspectiva más pesimista que los hombres. Entre mujeres, el indicador se ubica en 34,2, mientras que para los hombres este es de 35,4.

El consumo sigue creciendo pese a mayor inflación y pesimismo

El impacto en la economía de la mayor desconfianza es su efecto en el consumo de los hogares. Para abril, el Dane mostró que 62,3% de los jefes de hogar aseguran tener menos capacidad para adquirir bienes de primera necesidad y están en menor disposición a comprar bienes semidurables.

Por esta razón, la recuperación del empleo está mitigando el impacto de la inflación y el pesimismo, destaca un informe de la Dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia.