Antes de la invasión rusa a Ucrania y su impacto en la escalada mundial de precios de alimentos y energéticos, el Banco Mundial proyectaba que la pobreza extrema mundial se ubicaría en 581 millones de personas; ahora elevó sus proyecciones para vaticinar que habrá entre 657 y 676 millones de personas en esta situación a finales de este año.

La permanente inflación y los efectos de la guerra en Ucrania están alimentando un nuevo aumento en la pobreza mundial que es observable desde este mismo año, de acuerdo con el Banco Mundial.

El número de personas que viven en pobreza extrema en todo el mundo se ubicará entre 657 millones y 676 millones a finales de este año; esto significa un aumento de 75 a 95 millones de personas sobre la proyección previa”.

Esto indica que antes de la invasión de Rusia sobre Ucrania y del impacto que ha tenido en la escalada mundial de precios de alimentos y energéticos, el Banco Mundial estimaba que habría 581 millones de personas pobres en este año.

Sin embargo, un análisis, titulado “Pandemia, precios y pobreza”, los hogares más pobres tienden a gastar una proporción mayor de sus recursos en alimentos en relación con productos no alimentarios.

Y como las actuales presiones inflacionarias se encuentran en los alimentos, “es probable que las familias más pobres sufran mayores impactos por las actuales presiones inflacionarias”.

No obstante, confiaron en la experiencia previa para advertir que en episodios de incrementos de precios de alimentos, “los hogares suelen modificar sus patrones de consumo para atenuar el impacto de las alzas de precios».

De esta misma manera explicaron que “muchos hogares rurales pobres que participan en la producción agrícola son vendedores netos de alimentos y por lo tanto podrían beneficiarse del aumento de los precios”.

El inconveniente es que este deterioro temporal que podría llevar a más familias a la pobreza se dará sobre una base que ya había experimentado incremento motivado a la pandemia. Basta recordar que en el 2020, entre 119 y 124 millones de personas cayeron a la pobreza extrema, definida como las personas que viven con menos de 1.90 dólares al día.

Inflación e ingresos

En el análisis, liderado por Daniel Gerszon Mahler, Nishant Yonzan y Ruth Hill, encontraron que 40% de la población más pobre de cada país, enfrenta una inflación que es 3 puntos porcentuales más alta que la experimentada por 60% más rico.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, se puede ver que las familias que vienen México con un solo salario mínimo, experimentaron una variación anual de precios de 8%.

La inflación general se ubicaba en 7.99 por ciento. En tanto, los hogares que cuentan con más de 6 salarios mínimos para vivir, experimentaron una escalada de precios de 7.57%.

Al desagregar la información del Inegi, en función de la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas, que es el segmento que se ha visto más afectado, consecuencia de la crisis mundial, los hogares que cuentan con seis salarios mínimos o más para subsistir, experimentaron una inflación anual de los alimentos de 13.45% de junio a junio.

En este sentido, las familias que viven con un ingreso de 1 solo salario mínimo, registraron una variación anual en la inflación de alimentos y bebidas de 6.86% anual.

Dichos resultados validarían la hipótesis del Banco Mundial, cuando dice que las familias de menores ingresos se adaptan a la inflación modificando patrones de compra y que muchos se ven beneficiados en el segmento rural dedicado a las actividades agropecuarias, resultado del alza de precios.