El presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que la estatal petrolera, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) no está quebrada, sino bloqueada; y afirmó que puede producir hasta 2 millones de barriles de petróleo diarios (bpd) con la ayuda de la criticada ley antibloqueo.

“Pdvsa no está quebrada, lo que está es bloqueada, asediada y atacada; y con la clase obrera y la Ley Antibloqueo está lista para producir uno o dos millones de barriles”, dijo en una alocución televisada el miércoles.

PDVSA es el principal órgano económico de Venezuela, país sumergido en una enorme crisis sin precedentes y preexistente a la pandemia de coronavirus. Actualmente, produce casi 500 mil barriles diarios de crudo, cuando en otrora la cifra era de casi 3 millones.

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El gobierno de Maduro achaca tal baja en la producción a la sanciones que ha impuesto al administración del presidente estadounidense Donald Trump y que iniciaron en 2019, luego del juramento de Juan Guaidó como presidente encargado, citando la Constitución.

Antes, sin embargo, ya estaba la crisis. Dicen economistas como Rafael Quiroz que el problema de PDVSA data desde hace al menos 10 años y que aun con todo el dinero del mundo, es increíblemente difícil regresar a una producción como la de 2007 porque la falla es estructural y no solo de financiamiento.

No obstante, hace un mes, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), controlada por el chavismo gobernante, aprobó la llamada Ley Antibloqueo, que entre otras cosas, otorga poderes al Ejecutivo de Maduro para llevar adelante políticas, inconsultas por el Poder Legislativo, para “mejorar” la golpeada economía venezolana.

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De hecho, y de acuerdo con el mismo Maduro y el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, con esa ley se va a “reestructurar” PDVSA para que vuelva a producir millones de barriles. Sin embargo, para muchos economistas y analistas, lo que está en puerta con esta criticada legislación no es más que una privatización de la compañía que históricamente ha reflejado la soberanía petrolera de Venezuela.