Para la primera vicepresidenta de la Cámara de Comercio y Servicio de Venezuela (Consecomercio), Tiziana Polesel, dijo que el esquema de la flexibilización de la cuarentena de ese país, llamado 7+7, ha acelerado el crecimiento de los bodegones, que, generalmente, expenden productos importados.

En una entrevista con el medio local 2001, Polesel precisó que por la crisis, locales como zapaterías, por ejemplo, exhiben en las vitrinas productos del exterior, no relacionados a su sector, permitiendo así la continuidad de las operaciones.

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“Hoy los bodegones no se abren en forma tan acelerada como fue hace mucho tiempo. Los que abren en este momento no se les puede catalogar como bodegones porque algunos tienen un rango un poco mayor”, dijo.

A su juicio, es un fenómeno que se da porque “hay una serie de exenciones en la aduana que sirven para quienes traen mercancía importada”.

“Para el fabricante nacional de esos mismos productos esas exenciones no existen, por eso en esos locales ciertos productos importados son más económicos que los fabricados en Venezuela”, manifestó.

El hecho es que los bodegones son una “válvula de escape” que reduce la presión al gobierno de Nicolás Maduro, pues están esparcidos en las principales ciudades venezolanas.

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Aunque no hay un censo formal de Consecomercio, Polezel dijo que se estima que el 70% de los bodegones está en la Gran Caracas y el resto en las capitales de los estados más importantes del país como Maracaibo, Barcelona, Puerto la Cruz.