Alemania tendrá en los próximos meses su primer gran experimento sobre la renta mínima. En un contexto de crisis económica por el coronavirus en el que la figura de un ingreso mínimo garantizado es objeto de un mayor número de debates, en el país teutón se va a poner en marcha un proyecto que dará 1.200 euros al mes sin condición alguna a 120 personas, independientemente de su situación laboral.

El proyecto, llamado My Basic Income, se lleva a cabo por el instituto DIW Berlín en colaboración con la Universidad de Colonia y otros organismos nacionales, y se financia con la aportación de hasta 140.000 habitantes. El objetivo es observar cómo afecta el ingreso de una renta mensual sin obligaciones al comportamiento de las personas que las reciben en cuando al ocio, la búsqueda de trabajo, el uso del tiempo libre o la salud.

El programa tiene tres fases: se darán 1.200 euros a 1.500 personas para comprobar cómo afecta a sus hábitos, su salud, su bienestar o la búsqueda de empleo

El proyecto consta de tres fases. En la primera, se elegirán 1.500 personas de las cuales 120 recibirán una renta mínima que se determinará mediante las condiciones de cada uno de los solicitantes. Los pagos se realizarán a partir de 2021, fecha en la que se empezará a investigar cómo afecta la recepción de ese ingreso a la vida de los beneficiarios y, en paralelo, se comparán sus hábitos con los de los 1.350 que no cobran nada.

Si los resultados son concluyentes, se pasará en 2022 a la fase dos, en la que todas las 120 personas cobrarán 1.200 euros mensuales para dilucidar si los efectos son igual de fuertes. En la tercera, que sería en 2023, los 1.500 miembros del estudio cobrarían esa cantidad. Cada seis meses, y desde el comienzo del proyecto, los ciudadanos beneficiarios tendrán que responder una serie de cuestionarios sobre sus parámetros de vida y sus actitudes tras obtener la renta mensual.

La intención de los investigadores es que en dos meses un millón de alemanes se inscriba en el programa para poder ser elegido. Es la muestra que consideran adecuada para poder hacer una selección clave de cara al proyecto. Todos los ciudadanos residentes en Alemania que sean mayores de 18 años pueden registrarse en la página web del estudio. Se les pedirán diferentes datos socioeconómicos con el objetivo de ayudar a tener una imagen más clara de la muestra representativa.

Para los investigadores, una renta básica solo será positiva si crea efectos beneficiosos a nivel individual  colectivo, si es viable económicamente y si no desincentiva la búsqueda de empleo.

Renta mínima en otro países

En otros países europeos ya se han llevado a cabo diferentes aproximamientos a la renta mínima. El caso más conocido es el de Finlandia, que dio 560 euros a 2.000 ciudadanos durante dos años. Las conclusiones fueron agridulces: mejoró su bienestar pero desincentivó la búsqueda de empleo.

Italia, por su parte, probó en 2019 un sistema para aliviar a personas sin recursos o con pocos ingresos que establecían ayudas mensuales de hasta 780 euros. En España, el Ingreso Mínimo Vital fue aprobado el pasado mes de junio y contempla una ayuda máxima de 1.015 euros en función de la familia, aunque se ha encontrado con un fuerte escollo: que un porcentaje escaso de los beneficiarios ha conseguido acogerse a la renta.

Otros países como Holanda o Canadá han probado medidas de este tipo, que también se han dado en Singapur, Brasil o EEUU en el contexto de la crisis del coronavirus. También en EEUU, Jack Dorsey, cofundador de Twitter, ha financiado un proyecto de renta mínima en varias localidades con tres millones de dólares.

Con información de El Economista.