La Unión Europea (UE) requirió el sábado al Líbano a formar un nuevo gobierno tras las elecciones parlamentarias del pasado 15 de mayo y a aplicar las reformas económicas necesarias para concretar un acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) encaminado a poner al país en la senda de la recuperación y el crecimiento.

La Unión Europea y sus Estados miembros siguen muy preocupados por la grave crisis socioeconómica que atraviesa el Líbano y su impacto en todas las poblaciones vulnerables del país”, señaló el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en una declaración en nombre de los Veintisiete.

Luego de las elecciones y el nombramiento de Najib Mikati como primer ministro designado el pasado 23 de junio, “la formación del gobierno es ahora imperativa”, afirmó Borrell.

El Parlamento, el presidente y el nuevo gobierno deben tomar las decisiones necesarias para hacer frente a la crisis sin precedentes del país”, resaltó, y agregó que también es de “vital importancia” que se respete el calendario constitucional en cuanto a la organización de las elecciones presidenciales y municipales posteriores.

Asimismo, reiteró en que «la promulgación de las reformas económicas y de gobernanza que deberían haberse llevado a cabo hace tiempo, en el marco de un programa completo del FMI, debe ser la máxima prioridad”.

Este programa es la única solución viable y creíble para ayudar al Líbano a estabilizar su economía, restablecer la confianza y proporcionar al país la asistencia que necesita para emprender finalmente la senda de la recuperación y el crecimiento”, dijo Borrell.

Por su parte, el jefe de la diplomacia comunitaria recordó que la moneda nacional ha perdido casi todo su valor anterior a la crisis, cuatro de cada cinco personas viven ahora en la pobreza y la electricidad sólo está disponible ocasionalmente.

Situación que, además, se ha visto agravada por la pandemia de covid-19 y la crisis alimentaria y energética derivada de la guerra rusa contra Ucrania.

Adicionalmente, recordó que esta semana el Consejo de la UE decidió prorrogar el marco legal según el cual puede imponer sanciones individuales (prohibición de viajar e inmovilización de activos) a personas y entidades responsables de socavar la democracia o el Estado de derecho el país, por ejemplo obstaculizando la formación de un gobierno.

“La situación en Líbano se mantiene en constante revisión. La decisión de prorrogar el marco tiene por objeto prevenir los riesgos de un mayor deterioro de la situación y encontrar una salida a la crisis”, agregó.

Borrell recordó también que el 4 de agosto se cumplirán dos años de la devastadora explosión en el puerto de Beirut que se cobró más de 220 vidas e insistió en que las autoridades libanesas “deben permitir ahora que la investigación sobre esta tragedia, que se ha visto obstaculizada y retrasada en repetidas ocasiones, se reanude y produzca resultados, sin interferir en ella”.

Desde 2011, la UE ha prestado ayuda al Líbano por valor de unos 2.000 millones de euros, de los cuales más de 1.000 millones se han destinado específicamente a hacer frente a las repercusiones de la guerra en la vecina Siria, más en concreto a ayudar al país en la gestión y acogida de los refugiados sirios.