Ayer se llevo a cabo el último cara a cara entre el presidente, Donald Trump y el ex vicepresidente, Joe Biden, antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 3 de noviembre. Esta vez el debate mostró un marcado desacuerdo sobre el futuro de la industria petrolera.
Trump afirma que existen pruebas audiovisuales que muestran al candidato demócrata asegurando que prohibiría el fracking, y Biden lo negó. En tanto, los usuarios en Twitter no tardaron en publicar compilados de videos donde el candidato demócrata, señala que de ganar los comicios, eliminará el fracking y el carbón.
Protagonista del dominio energético en Estados Unidos
El fracking es una técnica que permite mejorar la extracción del gas y del petróleo del subsuelo. Por lo general se inyecta a presión agua con arena, de modo que las fracturas que ya existen en las rocas del interior de la tierra aumenten y liberen el gas o el petróleo, que saldría hacia el exterior.
Este procedimiento le ha permitido a Estados Unidos recuperar el liderazgo en términos energéticos, modificando de forma radical la económica del país, desde el 2010, convirtiéndose en el mayor productor de petróleo del mundo y en una potencia de las exportaciones de energía, lo que le ha permitido presumir de «dominio energético» hasta ahora.
Donald Trump, se encuentra a favor del proceso, y asegura que funciona como factor de independencia comercial para el país. “Ahora tenemos independencia energética, no necesitamos ir a la guerra con países productores” dijo.
Por su parte, Biden ha manejado un discurso ambientalista un poco más emotivo, aunque esta vez insistió que su intención con la polémica técnica de extracción sería prohibirla únicamente en “tierras federales”.
Continuando con el debate que sostuvieron los candidatos presidenciales este jueves, la moderadora preguntó sobre las comunidades que viven cerca a los pozos petroleros y cómo sufre su salud por la contaminación (efecto ocasionado por el fracking).
Biden compartió una historia personal sobre el impacto ambiental y Trump optó por decir que las comunidades aledañas producen más dinero.
Aunque, se mostró un poco insensible ante dichas comunidades y eso le podría afectar entre los indecisos. No obstante, los simpatizantes del presidente lo valoran precisamente por su crudeza y su frontalidad.
Posturas climáticas y petroleras
Trump, quien aseguro amar al medio ambiente, citando un programa federal para plantar árboles y una caída en las emisiones de carbono, dijo que no estaba dispuesto a dañar las empresas para ayudar al medio ambiente.
Por su parte, el candidato demócrata asumió un riesgo al afirmar que si resulta elegido iniciará una transición gradual para dejar de depender de la industria del petróleo.
Biden dijo que su plan para una transición a una economía más sostenible con el clima, crearía empleos bien remunerados e impulsaría las empresas estadounidenses. «El calentamiento global es una amenaza para la humanidad».
Además agregó, «tenemos la obligación moral de afrontar esto y todos los científicos líderes del mundo nos han dicho que no tenemos mucho tiempo».
En tanto, el presidente estadounidense, acusó a su rival de planear destruir la industria petrolera, lo que llevó a Biden a responder que creía que el país debería reemplazar el petróleo con energía solar, eólica y otras formas de energía. Energía no contaminante.
En ese escenario, Trump, que sostiene posturas que cuestionan el cambio climático, afirmó que Estados Unidos tiene el “aire y el agua más limpios” en años y desestimó energías renovables como las eólicas afirmando que matan a los pájaros.
Polémica del fracking
En Estados Unidos existen alrededor de 9.000 productores independientes de petróleo y gas natural. Estas empresas operan en 33 estados y emplean una media de sólo 12 personas. Alrededor del 91% de los pozos petrolíferos estadounidenses son propiedad de productores independientes y producen el 83% del crudo del país y el 90% de su gas natural.
En el debate Trump acusó al candidato demócrata, de planear prohibir la fracturación hidráulica, un proceso de extracción de gas natural del esquisto al que se oponen muchos ambientalistas.
Los republicanos reaccionaron de inmediato y dijeron que Biden destruiría millones de empleos y generaría significativas pérdidas para la economía del país norteamericano.
Tras el debate, en un intento de defensa, el ex vicepresidente dijo a los periodistas que se refería a un plan para dejar de subsidiar los combustibles fósiles. «No vamos a acabar con los combustibles fósiles», aseguró. «No nos vamos a deshacer de los combustibles fósiles durante mucho tiempo… no van a perder sus trabajos. Además, se van a crear muchos más puestos de trabajo en otras alternativas” insistió.
Si bien es cierto que, Joe Biden lidera las últimas encuestas sobre los comicios, el discurso energético que manejó en este debate podría costarle algunos puntos menos, en vista de su postura climática, considerando que el fracking es la técnica que ha llevado a Estados Unidos a convertirse en el mayor productor de petróleo del mundo.
Comentarios recientes