Royal Dutch Shell anunció sus planes de recortar hasta 9.000 puestos de trabajo, lo que equivale a más del 10 % de su plantilla, debido una importante reorganización para transformar el gigante de la energía y gas en un grupo de bajas emisiones contaminantes.

El mes pasado la compañía lanzó una amplia revisión de su negocio, con el fin de reducir los costos mientras se prepara para reestructurar sus unidades en el marco de la transición desde los combustibles fósiles a energías bajas en carbono.

Shell dijo que la reorganización será un ahorro anual adicional, de alrededor de entre 2.000 y 2.500 millones de dólares para 2022, yendo en parte más allá de los recortes de 3.000 a 4.000 millones de dólares anunciados a principios de este año.

La compañía angloneerlandesa señaló que dentro del recorte de los 9.000 puestos de trabajo para finales de 2022, están incluidas unas 1.500 personas que han aceptado el despido voluntario este año.

En tanto, su rival BP anunció también este año que recortará alrededor de 10.000 empleos dentro de los planes de su presidente ejecutivo Bernard Looney, para expandir rápidamente su negocio de energías renovables y reducir la producción de petróleo y gas.

La reducción de los costos es vital para las aspiraciones de Shell de entrar en el sector de las energías renovables, donde los márgenes son relativamente bajos.

También es probable que se intensifique la competencia con las eléctricas y con petroleras rivales como BP y Total, que luchan por cuota de mercado a medida que las economías de todo el mundo se vuelven más ecológicas.

“Hemos observado de cerca cómo estamos organizados y sentimos que, en muchos lugares, tenemos demasiadas capas en la empresa”, dijo el presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, en una entrevista interna publicada en la página web de la compañía.

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