El economista Guillermo Guerrero, señaló en el marco de un conversatorio entre la Cámara Venezolano Española de Industria y Comercio (Cavespa) y el EMFI, que el 2022 se perfila como un año de recuperación económica para Venezuela.

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Guerrero recordó que a lo largo de este año hubo un crecimiento de la economía externa del país y que para final del trimestre este crecimiento puede ser del hasta 6,2%

Añadió que para el 2022 existen al menos tres bancos a nivel mundial que piensan que Venezuela podría crecer hasta un 13%. En EMFI el estimado es que el país crecerá entre un 6% y un 8,5%

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Sumado a ello, recalcó que los índices hiperinflacionarios han descendido continuamente a lo largo de este año y de continuar así, se espera que Venezuela abandone este proceso para febrero del próximo año.

No obstante, la hiperinflación venezolana es considerada como la segunda más larga de la historia mundial. Siendo uno de los puntos que más destaca que el país cayó en ella sin estar en un conflicto armado, como es característico de este tipo de escenarios económicos.

Deuda venezolana en el entorno de recuperación

Para los inversionistas de bonos venezolanos, estos papeles tienen una complejidad: A efectos internacionales el que paga es Guaidó, pero él no tiene control sobre los flujos externos de la generación de dividas del país; es Nicolás Maduro quien recibe las ganancias del sector petrolero.

Este contexto hace que sea complicado lograr una reestructuración de la deuda, pues, si bien Guaidó puede estar dispuesto a hacerlo, no tiene el flujo de caja para comprometerse a este objetivo.

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Por el otro lado, Maduro podría tener el flujo de caja para hacerlo, pero no tiene la capacidad legal de hacer el intercambio de bonos que se requiere.

Desde EMFI estiman que los bonos de Venezuela pueden ser una buena inversión en el largo plazo. La firma consultora estima que no se prevé una reestructuración de la deuda antes del 2024. No obstante, en este tiempo puede que se den transacciones lucrativas para los tenedores.