Rusia ratificó que no ha dejado la idea de embargar activos y compañías de propiedad occidental en el país, mientras un alto funcionario criticó a los gobiernos que golpean a Moscú con sanciones.
En una conferencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, afirmó que Rusia está preparada para “actuar en consecuencia” si occidente decide usar los activos estatales congelados de Rusia, entre los que hay alrededor de 300,000 millones de dólares de reservas de divisas del banco central.
Funcionarios occidentales, entre ellos el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, abogan por confiscar las reservas congeladas con el objetivo de ayudar a financiar la reconstrucción de Ucrania.
Asimismo, Zakharova calificó esta medida como una violación del derecho internacional. “No debemos olvidar los activos extranjeros de los países occidentales, las empresas y los ciudadanos que se encuentran en el territorio de nuestro país”, dijo.
“Si occidente no se adhiere a los principios de democracia, economía abierta, propiedad privada e independencia judicial, lo reconoceremos y actuaremos en consecuencia”, agregó.
Muchas empresas internacionales, como lo es el gigante petrolero BP; el fabricante de autos francés, Renault, y McDonald’s, han suspendido sus actividades en el país desde que Rusia inició, a finales de febrero, la invasión a Ucrania.
En mayo, los legisladores rusos dieron su aprobación inicial a un proyecto de ley que permite al gobierno nacionalizar los activos de las empresas occidentales que se han marchado, aunque todavía no está en los libros de leyes.
Tal como lo expresó la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, las exportaciones mundiales de semiconductores a Rusia se han desplomado en 90%, debido a los controles impuestos a Moscú.
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Compraría divisas de “países amigos”
Rusia empezaría a comprar divisas de “países amigos” y utilizar esas tenencias para influir en la tasa de cambio del dólar y el euro, como medio de contrarrestar las fuertes alzas que ha registrado el rublo, agregó el ministro de Finanzas, Anton Siluanov.
Asimismo, señaló que, en virtud de una norma presupuestaria modificada que mantiene la política del banco central de operar con una tasa de cambio flotante, su ministerio está dispuesto a intervenir y acumular monedas de “países amigos” en sus reservas.
“A través de las divisas de países amigos y de los tipos cambiarios cruzados, con el dólar y el euro, será posible regular el costo del euro y el dólar para el rublo”, dijo en una conferencia organizada por un grupo empresarial.
El rublo se ha disparado a máximos de siete años, impulsado por los controles de capital que incluyen restricciones a la retirada de ahorros en divisas por parte de los rusos, lo que merma los ingresos por exportaciones de Rusia al reducir el valor de los ingresos en dólares y euros procedentes de las ventas al exterior de materias primas y otros bienes.
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