El economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Ronald Balza, señaló que hace 10 años las tarjetas de créditos incluso servían para viajar y hace 20 años eran ilimitadas porque nuestra banca nacional estaba interconectada con la internacional.

Asimismo, indicó que lo que sucedió en los últimos años es que la hiperinflación y el encaje legal no permitía que las tarjetas de crédito tuvieran limites que permitieran a la gente usar esta herramienta.

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Destacó que desde el año 2002 hacia acá, el aumento de la inflación, el endurecimiento de los controles, la caída del ingreso petrolero, hizo que el patrimonio de los bancos se encogiera de manera relativa a lo que podían ofrecerle a los clientes.

Cabe destacar que el encaje legal impuesto en 2019  impidió a los bancos ejercer la función de prestamista que es esencial en la economía.

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Comentó que es necesario cambiar en el país las limitaciones sobre la banca que se han venido imponiendo durante este tiempo y si no se tiene ese, no se puede hacer nada en el exterior. Resaltó:

«Si no se eliminan esas limitaciones, aunque no tengamos sanciones, no podremos  hacer nada por el crecimiento económico del país».

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Manifestó que la decisión de poner o quitar sanciones ha sido tomada en el exterior pensando en aspectos geopolíticos. Explicó:

«El aislamiento en el que estamos es consecuencia de esa imposición de controles en un país con cada vez menos ingresos petroleros antes del tema de las sanciones».

Las tarjetas de crédito venezolanas no sirven en el exterior desde antes del 2017, por lo que recomendó a la banca seguir explicando los productos que pueden ofrecer en un país que se espera que no vuelva a caer en una hiperinflación.