Portugal, enfrentado a una escasez de mano de obra en el turismo y la construcción, enmendó la ley llamada de «extranjeros» para facilitar la inmigración y en particular la acogida de los nómadas digitales, según el texto promulgado el jueves por el presidente del país.

Esta nueva ley de inmigración, votada por el Parlamento en julio, prevé un visado temporal, de una duración de 120 días, prorrogable en 60 días, para los extranjeros que buscan un empleo.

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También debe facilitar los trámites de visado para los nómadas digitales, los trabajadores que ejercen su actividad gracias a las posibilidades que ofrece el teletrabajo.

El texto fue aprobado el 21 de julio con los votos del Partido Socialista, que dispone de una mayoría absoluta en el Parlamento, y de la oposición de izquierda.

El Partido Socialdemócrata, formación política de centro-derecha y principal partido de la oposición, se abstuvo, mientras que el partido de extrema derecha Chega no participó en la votación.

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«Portugal necesita inmigrantes para su demografía, su economía y su cultura», explicó Ana Catarina Mendes, ministra de Asuntos Parlamentarios.

La modificación de la ley de inmigración debería beneficiar en particular al sector del turismo, uno de los más afectados por la escasez de mano de obra en Portugal, igual que en otros países europeos.

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El sector, uno de los principales motores de la recuperación económica portuguesa y sumamente golpeado por la crisis sanitaria, necesitaría unos 50.000 asalariados suplementarios, estimó el martes la secretaria de Estado de Turismo, Rita Marques.

Según el último censo de la población portuguesa realizado en 2011, el número de extranjeros residentes en Portugal aumentó 40% durante la última década, a más de 550.000 personas de un total de 10,3 millones de habitantes.

Pero esa cifra no fue suficiente para revertir el declive demográfico durante este período.