El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este martes que prorrogará hasta final del año los subsidios que se pagan desde abril a los trabajadores informales y personas sin empleo como auxilio para paliar los efectos de la pandemia de la COVID-19.

Sin embargo, el valor mensual del subsidio será reducido un 50 % hasta los 300 reales (unos 55 dólares), un valor que, según Bolsonaro, busca atender las necesidades de las familias más necesitadas pero también de las de la maltrecha economía brasileña, que entró hoy en recesión técnica.

El auxilio otorgado por el Ejecutivo a los más pobres ha tenido un efecto positivo en la popularidad del presidente brasileño, cerca del 50 % de los brasileños considera que Bolsonaro “no es responsable” de la crisis sanitaria y la tasa de aprobación del Gobierno ha llegado a 37 %, la mayor desde que el líder de la ultraderecha asumió, en enero de 2019, según una encuesta publicada recientemente por el instituto Datafolha.

El Gobierno anunció este martes que el Producto Interior Bruto (PIB) se derrumbó un 9,7 % en el segundo trimestre de este año frente a los tres meses anteriores y un 11,4 % respecto al mismo periodo del año pasado.

Con este resultado, Brasil entra en recesión técnica al encadenar dos trimestres seguidos en negativo, tras la retracción del 1,5 % del PIB registrada entre enero y marzo.

La mayor economía latinoamericana camina así hacia una caída del PIB histórica en este 2020, que el mercado financiero sitúa en el 5,3 %, aunque organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, prevén un golpe mayor, entre el 8 y el 9 %.

Con información de EFE