Lenín David Rodríguez Aguilera.

Abogado y Licenciado en Geografía, con Post Grado en Derecho y Política Internacional de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Diplomado del Curso de Negociación de Harvard University. Profesor de la Materia Geopolítica del Petróleo, en la UCV y Docente invitado de Notabilis Energy, Empresa Internacional de Adiestramiento, especializada en el Área de Hidrocarburos. Asesor en la Industria Petrolera.
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El mercado del Petróleo, se está moviendo más lentamente de lo esperado y son varios los factores que influyen en ello; por un lado, la inesperada lentitud de la demanda de la economía China; la cual se pensaba que una vez activada, los niveles de requerimiento de crudos y sus derivados impulsaría de una manera significativa la economía mundial.
Pero por ahora, nada parece capaz de mover los precios del petróleo mucho más arriba de donde están estancados ahora mismo. Aunque según datos recientes de la agencia especializada Rystad Energy, el déficit de oferta en los mercados de crudo podría alcanzar los 2,4 millones de bpd durante el segundo semestre del año.
El 21 de junio se inició en el hemisferio norte la temporada de verano, la cual puede ser un buen indicador de las tendencias de la demanda de petróleo, pero sin duda que la temporada de calefacción de invierno es mejor, en lo referido a la demanda.
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En este sentido, debemos destacar que la OPEP Plus+ ha activado una medida para incrementar la demanda y es el recorte de más de un millón de barriles diarios adicionales de producción, y si a esta medida, le agregamos el récord de importaciones de crudo de China para este período, así como, las perspectivas alcistas para el transporte aéreo, el cual aspira a duplicar la demanda.
A pesar de estar todos esos elementos en juego, los precios del petróleo se mantienen estancados entre 70 y 75 dólares por barril a la fecha. Los factores bajistas son claros y de hecho, significativos; la incertidumbre sobre el ritmo de la recuperación económica de China tras la pandemia, a pesar del récord de las importaciones de petróleo; los temores a la inflación y la recesión a nivel mundial, cuya incidencia parece haberse convertido, en epidémica entre los operadores de materias primas.
A esto debemos agregar que también existen políticas a nivel mundial, direccionadas a despegarse de la matriz energética basada en los combustibles fósiles y ser sustituida por las energías alternativas, todo ello basado en el acuerdo de Paris, para bajar la temperatura de la tierra en 2.5ºC para el año 2050.
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Es por ello, que Fatih Birol, máximo representante de la Agencia Internacional de la Energía, habla de “un cambio hacia una economía de energías limpias, la cual se está acelerando, indicando que los productores de petróleo deben prestar mucha atención al ritmo creciente del cambio y calibrar sus decisiones de inversión para garantizar una transición ordenada».
Aunque esta advertencia, se diluye ante los ojos de la OPEP Plus+, quien produce por encima del 40% del petróleo a nivel mundial y posee el 85% de las reservas probadas de crudo en el planeta, consideran que el actual modelo económico; energéticamente depende de las decisiones que se tomen en su seno.
Pero esta situación, la cual podríamos definir como temporal, basado en los movimientos de un mercado, sustentado en la oferta y la demanda, en el cual la guerra entre Rusia y Ucrania, está teniendo un peso importante, producto de las sanciones impuestas al crudo ruso, por la Unión Europea y Estados Unidos, quienes en su suma terminan siendo los principales consumidores de mucho peso en el escenario mundial.
Según datos recientes de Rystad Energy, el déficit de crudo podría alcanzar los 2,4 millones de bpd en la segunda mitad del año. La demanda, por su parte, crecerá en 1,7 millones de bpd. Este escenario no es nuevo, para la OPEP Plus +, de hecho, los analistas en la materia llevan tiempo advirtiéndolo.
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Entonces la pregunta es ¿Hacia dónde pueden ir los precios del petróleo en este contexto?; sin duda que, hacia el Alza, y empezarán a subir cuando el desfase entre la oferta y la demanda, se presente en este segundo semestre.
De igual manera, debemos partir que la demanda de petróleo es bastante inelástica debido a la naturaleza fundamental de la materia prima. El petróleo se utiliza en casi todo, de una forma u otra. Esto significa que sea cual sea el precio, la demanda por situaciones como la que estamos viviendo difícilmente variará.

Por ahora, los operadores de la compra y venta de crudo, parecen estar enfocados en cuatro situaciones particulares, 1) por la vuelta a la normalidad de China, 2) la recesión europea 3) la inflación estadounidense y 4) la pérdida de más de 9 millones de la reserva estratégica norteamericana de crudo.
En este sentido, es importante destacar que, al mismo tiempo se observa la estabilidad de las exportaciones de petróleo de Rusia a pesar de su promesa de recortar la producción en medio millón de barriles diarios; el aumento de las exportaciones de petróleo de Irán y unos recortes de la producción de la OPEP Plus+ inferiores a los previstos.
En otras palabras, la oferta es abundante en estos momentos para los operadores; pero existe un informe de la Agencia Internacional de la Energía de mediados de junio de 2022, en el cual indica, que la oferta de crudo tendría que ponerse al día con la demanda este año, en otras palabras, visualizaron el escenario actual.
Sin embargo, la oferta mundial de crudo ha tenido cambios ya que las exportaciones rusas, que han sido compradas por India y China; y las cuales supuestamente han reducido su producción en unos 400.000 bpd. Esto es menos de lo prometido, pero no es poco. Sin embargo, las exportaciones siguen siendo mayores de lo que prácticamente todo el mundo esperaba.
Esto y el ritmo aparentemente insatisfactorio del crecimiento económico de China, son los dos factores que mantienen la preocupación por la oferta; por el momento, porque tarde o temprano, los recortes adicionales de la OPEP Plus+ empezarán a notarse. Y ello por una sencilla razón: la demanda no disminuirá de forma proporcional a los recortes de la oferta.
Todo esto significa que los precios al alza del petróleo, más temprano que tarde, tendrán su protagonismo; en especial a medida que el hemisferio norte se acerque al invierno y la demanda de calefacción empuje al alza al valor del crudo.
La actual temporada de movilización, por Mar, Aire y Tierra, en este verano estival, puede ser un buen indicador de las tendencias de la demanda de petróleo, pero nunca comparable con la calefacción de invierno; porque viajar en verano es una cuestión de preferencias y medios; pero el calentarse en invierno es una necesidad.
Podemos finalizar diciendo que, para el cálculo de los precios del crudo y sus derivados, para este segundo semestre de 2023, el análisis no sólo se debe sustentar en la fórmula básica, de cálculo de precios, la cual indica que a) cuando hay escasez los precios tienden al alza, o b) cuando hay saturación del mercado, la tendencia es a la baja. Como vemos hay muchos otros factores los cuales pueden marcar la diferencia. Amanecerá y Veremos.
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