La frontera entre Venezuela y las islas de las Antillas Neerlandesas todavía se encuentra cerrada y hasta la fecha no hay indicios de una posible apertura.

El cierre entre Venezuela y las islas Aruba, Bonaire y Curazao está a punto de cumplir de tres años, que coincide con el apoyo de los Países Bajos a Juan Guaidó.

Y es que la medida fue en respuesta el anuncio de la nación europea, de instalar un centro de acopio de alimentos y medicinas como ayuda para Venezuela en Curazao.

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Además, Países Bajos reiteró en 2019 que respaldaba a Juan Guaidó, «como presidente encargado de Venezuela», con quien mantendría una «estrecha cooperación».

Ante este apoyo internacional al dirigente opositor, la administración de Nicolás Maduro clausuró el paso, alegando una lucha contra el contrabando.

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También se conoció que el ministro holandés de Asuntos Exteriores, Wopke Hoekstra, se pronunció sobre el impasse diplomático y desestimó un posible descongelamiento; reseñó el medio Crónicas del Caribe.

Lo que ocurre es que ni Aruba ni Curazao comparten el mismo punto de vista sobre lo dicho por Venezuela acerca de esta medida.

Otro punto negativo que afecta las relaciones es el contrabando actual que existe entre Venezuela y las islas del Caribe Neerlandés.

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Por su cercanía a Aruba, Bonaire y Curazao, el estado Falcón es utilizado por grupos irregulares para cometer delitos a través de zarpes clandestinos.

De igual manera, desde la mencionada entidad occidental se ha suscitado un creciente flujo migratorio de venezolanos que intentan llegar a las Antillas Neerlandesas.