Al momento en que Mark Zuckerberg rebautizaba a Facebook como Meta como parte de su firme (y multimillonaria) apuesta por el metaverso, la algarabía imperaba en su empresa. Un año más tarde las cosas pintan, no obstante, bien distintas para una empresa a la que está carcomiendo el desencanto.

Ese desencanto es más palpable en la (desengañada) plantilla Meta, donde Mark Zuckerberg, anunciaba hace poco el despido de 11.000 personas. El metaverso al que Facebook fio hace doce meses su propio futuro ha costado muy caro la compañía, que en los últimos meses ha invertido a manos llenas en una tecnología envuelta todavía en una suerte de nebulosa.

Cuando Facebook se bautizó como Meta, Zuckerberg comunicó que ni la red social homónima ni Instagram ni WhatsApp volverían a llevar la voz cantante en la compañía, que se volcaría en adelante en el desarrollo del metaverso.

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No obstante, a Meta no le ha salido demasiado bien la jugada. En los planes primigenios de Zuckerberg Facebook, Instagram y WhatsApp eran quienes iban a pagar la carísima «fiesta» del metaverso. Aunque a estas plataformas, que otrora escupían dinero a borbotones, no les van tan bien como hace unos años. En el periodo comprendido en enero y julio de 2022 las apps de Meta generaron unos beneficios de 22.650 millones de dólares, lejos de los 28.000 millones de dólares del mismo periodo del 2021. A Meta se le habrían ido por el desagüe 5.000 millones de dólares solo con la nueva política privacidad de Apple en el iPhone.

A Mark Zuckerberg se le ha acabado la «fortuna»

Mejor no le va a la división Reality Labs de Meta, la encargada de desarrollar el metaverso y las gafas de realidad virtual en la empresa liderada por Zuckerberg. A lo largo de la primera mitad del año esta sección de Meta habría generado unas pérdidas de 5.770 millones de dólares.

El conflicto del metaverso por el que está apostando Meta es que es aún una tecnología muy inmadura y no podrá de verdad dinero contante sobre la mesa ni en un año ni en dos ni probablemente tampoco en tres.

Horizon Worlds, que es de alguna manera el prototipo del metaverso con el que Meta sueña en el futuro, tiene actualmente alrededor de 200.000 usuario activos, muy lejos de los 3.000 millones de usuarios que tiene Facebook a su vera.

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Asimismo, y para poner las cosas aún más complicadas, Horizon Worlds ha acaparado más titulares negativos que positivos en los últimos meses. Algunas mujeres se han lamentado de haber sufrido abuso sexual en las entrañas de Horizon Worlds y la Interpol ha advertido ya de los delitos (robo de datos, blanqueo de dinero o fraude) que se cometen al amparo de metaversos como el de Meta.

A Horizon Worlds le ha caído además chuzos de punta en los últimos meses por el descuidado «look» dosmilero de sus gráficos. Cabe además destacar que los avatares de Horizont Worlds no dispondrán de piernas hasta el año 2023.

El controversial metaverso imaginado por Meta está además en la picota por los problemas de privacidad que podrían lastrar a esta tecnología en los años venideros. Las gafas de realidad virtual Quest Pro VR tienen, sin ir más lejos, diez cámaras integradas que rastrean no solo los movimientos oculares de los usuarios sino también sus expresiones faciales. Ni que decir tiene que todo lo capturado por esas cámaras será utilizado por Meta con fines publicitarios en el futuro (y eso no gustará un pelo a los defensores de la privacidad, que ya han advertido, de hecho, de los peligros agazapados en las gafas de realidad virtual de Meta).

El futuro del metaverso es una incógnita y podría ser tan próspero como aciago

Problemas de privacidad al margen, Meta espera en todo caso que las empresas se arrojen en los brazos del metaverso para hacer allí negocio. Sin embargo, marcas como H&M y BMW están volcadas ya en el desarrollo del metaverso que se otea (de manera aún tímida) en en el horizonte.

Asimismo, ese metaverso es hoy por hoy poco más que una entelequia que ofrece muy pocas cosas verdaderamente excitantes al usuario y al que se accede mediante aparatosas gafas de realidad virtual cuyo precio excede a menudo los mil dólares y no son definitivamente para todos los bolsillos.

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En este sentido, y pese a las múltiples dudas que aletean aún en torno al metaverso, companías como Microsoft, Nvidia, Apple y Google han invertido ya 177.000 millones de dólares en el desarrollo de universos virtuales, una cifra que podría escalar a una cifra que se moverá en una horquilla de entre 5 y 13 billones en 2030.

Meta no es ni mucho menos la única empresa tecnología involucrada en el metaverso. Nvidia está trabajando en la plataforma Omniverse, y también Apple, que hasta hace poco renegaba del metaverso, podría tener también en el horno su propio universo virtual. Al fin y al cabo, la empresa de la manzana lanzará próximamente unas gafas de realidad mixta cuyo precio rondará los 2.000 dólares.

Es aún una incógnita si el lucrativo metaverso con el que sueña Mark Zuckerberg se hará o no una realidad en el futuro. Por lo pronto, y tras un año postrada frente al altar del metaverso, Meta ha caído 24 puestos hasta la 30ª posición en lista de las empresas más valiosas del mundo. Y su capitalización de mercado, que en los mejores tiempos era de 1,07 billones es ahora de apenas 235.000 millones de dólares.

El metaverso ha desangrado también la fortuna personal de Mark Zuckerberg, cuyo patrimonio ha menguado un 70% en el último año.

Finalmente parece que la sangría ocasionada por el metaverso proseguirá en los años venideros (sin que haya torniquete posible). De acuerdo con un reciente informe de la empresa de investigación de mercados Canalys, en 2025 la mayor parte de las compañías habrá renunciado a sus planes con el foco puesto en el metaverso por las elevadas pérdidas emanadas de esta tecnología.