Para Luis Vicente León, economista venezolano, la masificación del uso de las divisas en Venezuela es un “fenómeno inevitable” que se da frente a la pérdida “evidente e irrecuperable de funciones del bolívar”.

Gracias a ella, sostiene, la economía, a pesar de su crisis severa, “aún permite la realización de actividades industriales y comerciales básicas”.

“El uso de divisas en una economía como la venezolana es un clásico histórico y ocurre primero de facto, incluso surfeando las restricciones legales, pero luego las legislaciones se ajustan a ella para evitar el colapso total de la economía, de otra manera inevitable”, apuntó.

Cifró en 65% las transacciones comerciales privadas del país que se realizan en moneda extranjera. Ahondó en que se hacen, generalmente, en dólares; pero también hay presencia de euros, pesos, reales y hasta gramas de oro.

También dice que a diferencia de la informalidad de 2018, hoy hay una parte importante de las transacciones que se hacen formalmente y amparadas (parcial o totalmente) “en las modificaciones legales que permiten transacciones en divisas a cambio oficial, el cual se acerca notablemente al paralelo”.

Y recordó que ya la banca venezolana puede formalmente abrir cuentas en dólares para custodiar efectivo, por lo que “la mayoría producto de transacciones que crecen diariamente en el mercado local y necesitan formalizarse”.

“Esas cuentas y sus transacciones son legales y fundamentales para la economía interna”, dijo en Twitter.

Aun así, sin transacciones formales en Venezuela, donde la moneda local no cumple con funciones de intercambio, reserva de valor y mecanismos de cuentas, “igual las operaciones se harían en moneda extranjera pero más opacas, ineficientes y distorsionantes”.

Apertura económica

Por tanto, León infirió que se puede esperar que el gobierno de Nicolás Maduro sea, en un futuro, mucho más abierto a la inversión privada, dada la dolarización de facto que se está dando en el país y que, de acuerdo al economista, es inevitable en economías como la venezolana.

“Podríamos esperar que el gobierno sea en el futuro mucho más abierto a la inversión privada para subsanar su propia imposibilidad de invertir y operar, pero el perfil de países fuente de inversiones puede ser muy distinto al que conocemos hoy. Será un mapa nuevo”, dijo.

Señaló que por las sanciones que pesan contra el chavismo y que ponen en duda para muchos inversionistas la legitimidad institucional del país, “las inversiones privadas futuras tendrán probablemente un perfil de origen distinto a la tradición de inversión extranjera en Venezuela”.

Así, sostiene: “La apertura oficial a las operaciones cambiarias y a la fijación de precios  (un poco más de hecho que el de cambio) son el anticipo de un proceso más amplio de apertura económica que resulta inevitable frente a la necesidad de sostener el país con operaciones privadas”.