El presidente del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar), Carlos Odoardo Albornoz, aseguró este viernes que en ese país se está consumiendo apenas 4 kilogramos de carne por habitante al año, es decir, la mitad de Ruanda o Etiopía y menos que en Nigeria.

“El consumo de carne en Venezuela es muy muy bajo, por la falla del poder adquisitivo de la gente.  Es tan bajo que hoy estamos por debajo de los 4 Kg / hab / año, es decir la mitad de Ruanda, o Etiopía (8 kg / hab / año ) y menos de eso que Nigeria (9 kg / hab / año)”, explicó el experto en Twitter.

Denunció también que más del 80% de los venezolanos hoy comen “muy esporádicamente” un bocado de carnes de cualquier tipo, al recordar que la proteína “suele ser siempre la parte más costosa de la alimentación”.

Argumentó que siendo 28 millones de venezolanos y si se toma por referencia el promedio histórico de consumo en ese país de 17 kilos de carne por habitante al año, “necesitaríamos unos 476 millones de kilogramos de carne para cubrir la demanda nacional”.

No obstante, advirtió: “En 2020 se consumirán aproximadamente unos 112 millones de kilogramos de carne”.

Exportaciones a Irak

Albornoz también hizo mención a la exportación de ganado bovino a Irak, luego del acuerdo alcanzado entre ambas naciones hace un mes. Recordó que ese país “es un país importador de vacunos para consumo humano. Es un país también sin certificados de erradicación de aftosa. Quien asume el riesgo de importar de la nación que considere siempre es el comprador. En este caso, ellos”.

“Venezuela emitió por parte de quienes usurpan el poder un decreto como país libre de aftosa. Sin embargo, la certificación en ese sentido en Sur América corresponde a panaftosa. Quien NO HA CERTIFICADO A VENEZUELA COMO PAÍS ERRADICADO de fiebre aftosa”, detalló.

Dijo que la exportación a Irak se realiza porque ese país asume el riesgo. “Es de acotar que Irak es el mayor importador de ganado de Colombia. (57% de sus exportaciones y más de 40 MM de dólares en el primer semestre del 2020)”, indicó.

Señaló que el costo de llevar un animal vacuno o bufalino a término de beneficio “es alto” y que por tanto “la realidad es que el envío a Irak no va significar ningún cambio ni positivo ni negativo ni en el costo de la carne ni en el consumo de ella en Venezuela”.

“Lo que sí ocurrió es que la intermediación que compró los animales pagó un 65% menos del precio al productor local. Todo estaba callado”, reveló.

Y apuntó: “El rebaño bovino y bufalino nacional es suficiente hoy día para cubrir la baja demanda. Lo enviado a Irak no afectará el abastecimiento ni el precio local. Lo realmente alarmante y preocupante es el bajísimo consumo por el bajo poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos”.