La inflación está afectando severamente a las industrias mundiales. Sin embargo, para grandes figuras del tejido empresarial norteamericano la situación en EEUU es todavía más grave.

El CEO de Twitter, Jack Dorsey, por ejemplo, considera que la hiperinflación es un hecho que está a punto de producirse en el país norteamericano y que “lo va a cambiar todo”, aunque también añadió que posteriormente alcanzaría al mundo entero.

“Estamos viendo una inflación muy sustancial”, dijo Warren Buffett durante la reunión anual de accionistas de Berkshire Hathaway en mayo.

“Los costos simplemente subieron y no pararon de subir”, añadió sobre las operaciones de construcción de viviendas de su empresa. Algo que también comparte el gestor del fondo de cobertura Pershing Square Capital Management, Bill Ackman, que aseguró que “hay una inflación muy significativa”, y añadió “estamos viendo que los precios de la vivienda suben mucho, tienes que tener un amigo que conozca al director general para poder comprar una casa”.

La crisis de suministros está derivando en una inflación de los costos de producción y, por ende, en el aumento de los precios de los productos. Así, el precio de los bienes se ha visto incrementado durante las últimas semanas y se espera que crezca todavía más durante los próximos meses, se advierte en una nota del portal especializado ElEconomista.es.

Tanto es así que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) estadounidense aumentó un 5,4% en septiembre. Sin embargo, la hiperinflación se produce cuando esta inflación de los precios ocurre de manera descontrolada y abrupta.

Para Buffet, esta inflación es una “tenia corporativa gigantesca” que devora el efectivo de la empresa y erosiona los rendimientos reales de los inversores, tal y como recoge Insider.

Michael Burry, por su parte, ya advirtió la llegada de una posible inflación en abril de 2020, y en febrero de este año reiteró su preocupación por la economía mundial. El famoso inversionista explicó que la situación actual podría ser más grave que la crisis inflacionaria de Estados Unidos en la década de 1970 o la hiperinflación de Alemania en la década de 1920.

Durante el mes de septiembre, el tejido empresarial estadounidense sufrió un proceso de “cuello de botella” en el suministro, lo que derivó en el desabastecimiento de estas compañías y en el consecuente aumento de los precios de los productos.

La sociedad del país, que contaba con cierta liquidez tras una tendencia de ahorro derivada del aumento de la variante Delta en EEUU, comenzó a adquirir de nuevo, posicionando los registros de ventas cerca de máximos históricos.

Sin embargo, la acumulación de pedidos, sumada a la crisis del transporte marítimo, ha impedido que estas empresas puedan abastecerse, por lo que los consumidores no están viendo satisfecho su nivel de demanda.

Dada la situación, el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell, se ha visto obligado a dar la cara.

Powell ha explicado que, si el proceso de inflación se mantiene en esta tendencia, es posible que el banco central deba actuar para garantizar que el aumento del precio de los bienes de consumo no se vuelva permanente.

Además, el presidente de la Reserva ha añadido que las presiones inflacionarias “probablemente durarán más de lo esperado”. De hecho, podrían prolongarse “hasta bien entrado el próximo año», ha dicho.

Algo que también ha recalcado el CEO de Tesla, Elon Musk, que ya ha mostrado su preocupación por la situación actual en reiteradas ocasiones. El magnate sudafricano, que está viendo en primera fila el impacto que está causando en las tecnológicas la crisis de semiconductores, dijo recientemente, “No sé a largo plazo, pero a corto plazo estamos viendo una fuerte presión inflacionaria”.

Este miedo a la inflación también se ha visto suscitado por otros grandes nombres como Paul Tudor Jones, fundador de Tudor Investment, que dijo que “es probablemente la mayor amenaza para los mercados financieros y la sociedad en general», o Jeff Gundlach, CEO de DoubleLine, que advirtió de que no cree que «la inflación baje del 4% en ningún momento en 2022”.

“Realmente creo que habrá una crisis en la forma en que vamos, en la forma en que imprimimos dinero, en la forma en que nos metemos en la inflación”, dijo el fundador de Icahn & Company, Carl Icahn.

Para el CEO de Omega Advisors, Leon Cooperman, esta situación perdurará durante un largo periodo. “Esta idea de que la inflación es transitoria es una quimera. El 65% de los costos comerciales son mano de obra”, aseguró.

Con información de Banca y Negocios.