En el ultrasecreto cabo Ferrat, un paradisíaco lugar de la Costa Azul que tanto aprecian los millonarios rusos, surgen las primeras dificultades de la mano de las sanciones vinculadas con la guerra en Ucrania.

Tras los italianos y los sauditas, la clientela rusa, “exigente y apresurada”, empezó a llegar a partir de 2006 a esta península arbolada, con sus idílicas calas, ubicada entre Niza y Mónaco, para comprar casas a 50 millones de euros, explica a la agencia AFP Barbara Benassaya, directora de la agencia inmobiliaria Pisani Real Estate.

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“Hicieron que el mercado se disparara artificialmente, dispuestos como estaban a pagar lo que fuera”, agrega Benjamin Mondou, presidente de Century 21 Lafage Transactions, que agrupa a diez agencias inmobiliarias.

Aún más que el cabo de Antibes, donde se ve a menudo a Roman Abramovich, el cabo Ferrat se ha convertido en la península más eslava del Mediterráneo francés.

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Haberse creado en torno al ruso que hizo fortuna en los años 2000 y que pasaba su vida en Courchevel (lujosa estación de esquí de los Alpes) y Saint-Tropez, ha creado confusiones entre empresarios rusos y oligarcas cercanos al poder», se lamenta Edouard Deschepper, que dirige el proyecto de transformación de un hotel de cinco estrellas para el promotor ruso Kirill Pisarev, vía el fondo de inversiones Wainbridge Estate.

«En cuanto se ve a un ruso que quiere abrir una cuenta bancaria, se nos responde educadamente ‘no’, sin dar explicaciones», relata, precisando que su jefe ruso vive en Londres y ha relocalizado su fortuna fuera de Rusia.

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En su pequeño barco de pesca, Arnaud Allary observa su entorno con cierto fatalismo: «Mi familia pesca aquí desde hace cinco generaciones. Hace 50 años, aquí nada valía nada, y hoy he visto cómo un pequeño departamento de dos habitaciones se vendía frente al puerto ¡a 1,3 millones!».

Además, sin los rusos, la pesca sería más fácil en la bahía. «A veces hay 80 yates aquí, y cada vez estoy obligado a ir a pescar más lejos», asegura. Aunque reconoce que, sin los rusos, los pedidos de langosta se reducirían.

Fuente: AFP.