El precio al que se compran en bolsa los beneficios de 2022 de las grandes firmas tecnológicas disminuye con respecto al mes de enero, pero algunos analistas advierten del impacto que pueden tener las subidas de los tipos de interés o una desaceleración económica en sus balances. Para otros expertos son firmas resilientes y sólidas con grandes catalizadores de crecimiento futuro.

Mientras los tanques rusos invadían Ucrania el 24 de febrero, en Wall Street los principales índices bursátiles terminaban la sesión con subidas. Las más llamativas fueron las de los índices tecnológicos: el Nasdaq Composite rebotó un 3,34% aquel día y el Nasdaq 100 avanzó un 3,44%. Si bien hubo caídas notables en los días posteriores, en conjunto, la guerra en Ucrania apenas se ha notado en ambos índices, pues han perdido menos de un 0,5% en dos semanas.

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Esas subidas se han atribuido a que los inversores habrían considerado las acciones tecnológicas como un refugio ante la incertidumbre que genera el conflicto, con los precios de las materias primas y la energía por las nubes y la inflación en niveles que no se veían en mucho tiempo.

La tecnología está muy dolarizada, dado que las principales compañías del sector son estadounidenses, pero la guerra no parece haber alterado por el momento las previsiones de beneficio de las grandes firmas tecnológicas. Si tomamos las 25 empresas más valiosas del Nasdaq 100, con una capitalización bursátil superior a los 87.000 millones de euros (excluyendo a Costco, PepsiCo y Starbucks, que no son propiamente empresas de tecnología), el beneficio neto esperado en el presente ejercicio para estas 25 compañías asciende a 434.000 millones de euros. A comienzos de 2022, la cifra estimada era de 423.200 millones, un 2,5% menos.

En total, el beneficio de estas 25 empresas crecerá de media un 255% entre 2020 y 2024, según las previsiones del consenso de analistas que recoge FactSet, frente al incremento del 234% que se pronosticaba en enero para el mismo periodo. ¿Y qué compañías verán crecer más el beneficio? Los datos indican que se trata de Broadcom, Nvidia, T-Mobile y Netflix, con un fuerte crecimiento también de Tesla, sobre todo porque en 2020, primer año de la pandemia, sus beneficios cayeron hasta los 605 millones.

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Si la volatilidad del mercado de los últimos quince días ha mostrado algo, es que, en general, la tecnología se compra más barata en bolsa que antes del conflicto. Por los beneficios de 2022 de las 25 empresas mencionadas se pagan de media, múltiplos de 28,16 veces a precios actuales, frente a las 36,7 veces del 3 de enero. Las acciones individuales que más han notado este abaratamiento son las de Tesla, que pasa de un PER 2022 de 130 a 75 veces; las de Nvidia (de 58 a 39 veces); las de Advanced Micro Devices (de 45 a 26 veces); las de PayPal (de 37 a 20 veces) e incluso las de Apple (de 31 a 25 veces).

Cautela ante la subida de tipos

«No consideramos que el sector tecnológico sea el mejor valor refugio ante el actual entorno económico, ya que las perspectivas de inflación podrían provocar un endurecimiento monetario más rápido de lo previsto«, asegura a Joaquín Robles, analista del bróker XTB.

«Este tipo de compañías utiliza un alto grado de apalancamiento por lo que un encarecimiento del dinero se traduce en un estrechamiento de sus márgenes de beneficio. Además, las tecnológicas tienen unas valoraciones muy altas, ya que descuentan un gran crecimiento futuro de sus flujos de caja, por lo que una desaceleración en el crecimiento económico podría empeorar las previsiones», sostiene el experto, aunque distingue entre las tecnológicas con potencial y las denominadas Faang+.

En esta línea se pronuncia también Sergio Ávila, analista de IG: «Nos encontramos en un entorno donde lo más probable es la estanflación (elevada inflación y bajo crecimiento); la Reserva Federal comenzará su ciclo de subidas de tipos de interés, por lo que las compañías que se benefician en este entorno son aquellas de sectores más defensivos cuyo negocio se ve menos afectado en entornos de crecimiento económico bajo. Hablamos de sectores como utilities y energías o consumo defensivo (alimentación y bebidas). El experto aconseja la cautela a pesar del rebote reciente en la tecnología. «La tendencia del Nasdaq es bajista y lo más probable es que sigamos viendo caídas a medida que la economía se deteriora».

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Sin embargo, hay analistas como José Antonio Madrigal, director de Eurekers, que defienden el valor de la tecnología como alternativa de inversión precisamente por la gran cantidad de dinero en efectivo acumulado y el poder adquisitivo del que disponen. Empresas, como Alphabet, Amazon o Meta Platforms, que invierten un torrente de capital en adquirir firmas de inteligencia artificial, desarrollar la realidad virtual en el mertaverso -que Madrigal considera un gran catalizador de crecimiento- e incluso los servicios financieros, como ya hace WhatsApp al permitir enviar dinero por medio de mensaje instantáneo en algunos países.

Para Antonio Castelo, analista de iBroker.es, el inversor haría bien en refugiarse en las empresas de ciberseguridad: «Aunque las grandes empresas tecnológicas, como Apple, Microsoft o Google, invierten grandes cantidades en seguridad para garantizar el buen uso de sus redes y sistemas, habrá que irse acostumbrando a seguir otros nombres y en la últimas horas, por ejemplo, hemos visto la adquisición de la firma Mandiant por parte de Google, por importe de 5.400 millones de dólares». El experto cuenta a este periódico que esta operación no será la única.

«Este acuerdo podría ser sólo la punta del iceberg de un proceso masivo de consolidación entre las empresas de computación en la nube y de ciberseguridad y, sin duda, va a relanzar la atención sobre las empresas que actúan en este sector».

Por último, César Pérez, director global de inversiones de Pictet WM, señala que «los márgenes de beneficio de las grandes tecnológicas pueden ser sostenibles y no necesariamente hay que salirse de ellas«. Pero advierte de que desde la pandemia la tecnología ha dejado de ser un sector cíclico: «Necesitamos averiguar si es atribuible a su elevado flujo de caja libre, que les otorga resiliencia».