Pese a todo, el BCE seguirá subiendo los tipos de interés para contener la inflación

Los tambores de recesión se oyen cada vez con más fuerza en la Eurozona. El cóctel perfecto de crisis que se ha producido (cuando aún no habíamos dejado atrás los peores coletazos de la pandemia de Covid-19 llegó la guerra de Ucrania y, con ella, la escalada incontrolada de los precios) va a asestar una estocada inevitable a la economía de la región del euro. Así lo creen algunos expertos, que aseguran que la recesión llegará en la segunda mitad del año.

«La zona euro entrará en recesión en el segundo semestre», afirman los estrategas de Pantheon Macroeconomics en uno de sus últimos informes. Su previsión es que el Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro caiga un 0,2% en el tercer trimestre y un 0,3% en el cuarto, por lo que cerrará el año en el 2,5%. «Nuestra previsión de crecimiento del 1% en 2023 está por debajo del potencial y es inferior al consenso», remarcan también estos expertos.

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Recuerdan que Rusia ya cerró algunos grifos de gas en junio y también cortó el suministro vía Nord Stream 1 para el mantenimiento de la planta en julio, y aunque el gasoducto ubicado en Alemania se ha reabierto, ven probable que «se produzcan nuevas interrupciones, lo que hará subir los precios de la energía y afectará al consumo».

De hecho, Pantheon defiende que los PMI de julio respaldan la opinión de sus expertos de que «la zona euro está perdiendo fuelle», y asegura que solo hay tres maneras en que podría evitar una recesión:

– Un descongelamiento de la relación con Rusia.

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-El agotamiento del exceso de ahorro de los hogares.

-Un CAPEX y unas exportaciones netas más fuertes de lo esperado.

Sin embargo, en Pantheon no creen que la zona euro vaya a tener tanta suerte. «Dudamos de que alguna de ellas vaya a venir al rescate» de la Eurozona, señalan los analistas de la firma británica.

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Aunque no todos creen que la recesión esté ya en camino. Por ejemplo, desde otra firma británica, Oxford Economics, defienden que «el camino hacia un aterrizaje suave de la economía sigue entreabierto» en todo el mundo, Eurozona incluida.

«En lugar de la creencia cada vez más común de que gran parte de las principales economías se dirigen a la recesión, esperamos que el crecimiento mundial se recupere con fuerza en el tercer trimestre. Y más allá de eso, seguimos pensando que los responsables políticos tienen una buena oportunidad de generar un aterrizaje suave«, destacan sus expertos en uno de sus últimos informes.

Es más, en él anuncian que han rebajado «sustancialmente» su previsión de crecimiento del PIB mundial para 2023 «para reflejar el camino, ahora probablemente más lento y accidentado, de la recuperación». Reconocen que esto hace que la recesión «sea más probable», pero siguen pensando que el escenario más probable es el de «un crecimiento positivo, pero débil». «Si nos equivocamos y se produce una recesión, esperamos que sea breve y leve«, dicen, y apuntan, además, que creen que la probabilidad de una recesión «al estilo de la crisis financiera mundial» es algo «remoto».

En Oxford Economics confían en el rebote económico por dos razones:

1. Por el «rápido retroceso de las presiones inflacionistas a principios de 2023, a medida que el impulso de las distorsiones de la pandemia se desvanece y, a medida que la recuperación se debilita, los márgenes se estrechan y el crecimiento de los precios de las materias primas se desacelera».

En su opinión, «los responsables políticos no necesitarán empujar a las economías a la recesión para reducir la inflación», por lo que una relajación de la inflación más brusca de lo previsto «podría permitir a los responsables políticos declarar la victoria a principios del año que viene y adoptar una postura menos agresiva».

2. «El impacto económico del endurecimiento más agresivo de la política monetaria previsto por los mercados no será tan grande como se piensa», señalan estos analistas. Creen que las subidas de tipos afectarán muy levemente al PIB, por lo que dicen que este hecho, por sí mismo, «no sería suficiente para llevar a la economía a la recesión».

Aunque confiesan que «lograr una desaceleración económica lo suficientemente grande como para aliviar la inflación, pero evitando que el crecimiento del PIB se desacelere por debajo de la velocidad de parada, es más fácil de decir que de hacer».

En cualquier caso, concluye Oxford Economics, «la contundencia de las subidas de los tipos de interés y la gran incertidumbre del entorno hacen que no se pueda descartar una recesión ‘accidental’«.