La oficina de estadística germana, Destatis, ha dado a conocer las cifras este martes

La inflación alemana se disparó en marzo. Así lo muestran los datos dados a conocer este martes por la oficina de estadística germana, Destatis, que revelan que el Índice de Precios al Consumo (IPC) de Alemania escaló hasta el 7,3% interanual en marzo, la tasa más alta en más de 40 años. En febrero los precios se situaron en el 5,1%

Tal y como explica Destatis en una nota, la inflación ha alcanzado así un «nuevo máximo desde la unificación alemana», ya que «la última vez que hubo tasas de inflación tan altas en el antiguo territorio federal fue en otoño de 1981, cuando los precios del petróleo aumentaron significativamente como resultado de la Primera Guerra del Golfo entre Irak e Irán».

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La tasa registrada en marzo supera con mucho a la del mes anterior. En tasa mensual es, según Destatis, un 2,5% superior a la de febrero.

En esta situación ha sido clave la guerra de Ucrania. «Los cuellos de botella en la entrega y los aumentos significativos de precios en los sectores económicos ‘upstream’ tuvieron impacto en la tasa de inflación. Los productos energéticos en particular, pero también otros bienes y servicios, se han vuelto más caros como resultado de la crisis actual», apunta Destatis.

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«Además de la pandemia del coronavirus, la guerra de Rusia contra Ucrania ahora está teniendo un impacto significativo en la inflación de Alemania, especialmente en el combustible para calefacción, los combustibles y el gas natural, así como en los alimentos individuales», ha apuntado Georg Thiel, presidente de la Oficina Federal de Estadística.

Los precios totales de los bienes aumentaron un 12,3% en marzo, mientras que los precios de los productos energéticos se incrementaron «de forma especialmente acusada», siendo ahora un 39,5% más altos que hace un año. Y la fotografía es similar en otros productos como los precios del gasóleo ligero para calefacción (+144%), los combustibles (+47,4%) y el gas natural (+41,8%), que también se encarecieron notablemente.

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Los aumentos de precios de otros productos energéticos también fueron «significativamente superiores a la inflación general». Por ejemplo, para los combustibles sólidos (+19,3%) y para la electricidad (+17,7%). «En la subida de los precios de los productos energéticos han influido varios factores: además de los efectos de la crisis, también ha incidido la subida del impuesto al CO2 a principios de año de 25 euros a 30 euros por tonelada de CO2″.

A todo ello hay que añadir que los precios de los alimentos aumentaron un 6,2% en marzo en comparación con el mismo mes del año pasado. Los consumidores tuvieron que pagar más por las grasas y aceites comestibles (+17,2%, incluido el aceite de girasol, aceite de colza o similares: +30%) y las verduras frescas (+14,8%). Además de la energía y los alimentos, otros bienes, como los productos de café (+8,9%) y los vehículos (+8,2%, incluidos los automóviles usados: +23,9%), también se encarecieron significativamente. En general, los bienes de consumo no duradero aumentaron un 16,7% y los bienes de consumo duradero un 4,3%

Por último, en marzo los precios del conjunto de los servicios fueron 2,8% superiores a los del mismo mes del año anterior y, por tanto, inferiores a la inflación general.