Lenín David Rodríguez A. Abogado y Licenciado en Geografía, con Post Grado en Derecho y Política Internacional de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Profesor de la Materia Geopolítica del Petróleo, en la UCV y Docente de Notabilis Energy, Empresa Internacional de Adiestramiento, especializada en el área de Hidrocarburos. Asesor en la Industria Petrolera.

En nuestro artículo anterior hicimos referencia a la volatilidad del precio del crudo y sus derivados, destacamos que la eterna e insustituible ley de la oferta y la demanda, demarcaban los movimientos propios de subida, estabilidad o bajada de los precios, pero de igual manera mencionamos el factor geopolítico como elemento de peso.

Es precisamente en estos momentos cuando la geopolítica entra en juego y hace que la guerra entre Rusia y Ucrania haya impulsado los precios a superar la barrera de los 100$, esta situación pone de manifiesto la necesidad de las naciones de conseguir en los mercados el crudo y sus derivados, los productos que satisfagan las demandas

El presente bélico, no se ve definido en un corto plazo, a pesar de la mesa de dialogo establecida entre las partes y de acuerdo a la visión de los agentes del mundo petrolero, pareciera que lo peor aún podría estar por llegar, si se atiende a la curva de los mercados a futuros. Las transacciones comerciales de crudo y sus derivados, se encuentra en una estructura conocida como Backwardation, la cual suele anticipar subidas bruscas en el precio del crudo.

Se entiende por Backwardation aquella situación en la cual el precio de los futuros financieros tiene un precio menor que el precio actual (precio spot). El balance de este comportamiento en el mercado petrolero actual, ha estado marcado por una escasez del suministro, tal como se refleja en la figura anexa, en donde los precios son mayores en las entregas a corto plazo, proyectando un déficit en la oferta.

En esta situación tan especial y particular, los principales exponentes son los Productores, quienes pasan a tener el poder decisorio, ya que manejan el recurso y ante la necesidad del mercado, lo ponen a la orden del mejor postor.

En otras palabras, los mercados de futuros sirven para que los agentes económicos cubran sus operaciones con relativa tranquilidad y certidumbre, debido a que buscan asegurarse el precio a futuro de ciertas materias primas y productos, en este caso del crudo y sus derivados, ejemplo de ello, es una aerolínea puede comprar contratos a futuro de jet-A1, asegurándose un precio para dentro de un año.

En la actualidad, el mercado de petróleo está tan ajustado y la prima de riesgo es tan elevada, que el petróleo al contado (el crudo físico de entrega inmediata) es mucho más caro que los futuros (hay miedo y escasez), por lo cual conservar el crudo para venderlo más tarde puede resultar rentable, a la vez que incrementa la escasez de petróleo global.

A medida que los contratos a futuro se van acercando a su fecha de vencimiento y entrega, el precio sube con fuerza, lo cual deja entrever un mercado ansioso por adquirir petróleo ante un futuro incierto.

En marzo y abril de 2020, la estructura del mercado era la opuesta. El petróleo no se vendía y su precio al contado era mucho más bajo en comparación de los mercados futuros. Funcionando de esta manera, el mercado dejaba entrever que el crudo podría seguir sufriendo caídas, confirmándose cuando el West Texas Intermediate, cayó incluso a precios negativos. Ahora la estructura del mercado es antagónica respecto a la de marzo 2020.

La caída de los inventarios de petróleo y la disminución de la capacidad de producción ociosa provocada por la fuerte demanda de crudo están respaldando esta figura de Backwardation. Desde Bank of América Merrill Lynch apuntan en una nota que «la estructura de Backwardation debería seguir siendo la estructura dominante del mercado del petróleo. Esta opinión está respaldada principalmente por la leve intervención de la OPEP+, la disminución de la capacidad ociosa y los bajos inventarios».

Los expertos prevén que el petróleo supere los 120 dólares en los próximos meses, lo cual seguirá añadiendo presión sobre la oleada de inflación global que está golpeado a casi todas las economías, si a esto le agregamos lo indicado en el cuadro anexo, en la cual se puede ver prácticamente la caída libre de los inventarios de petróleo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cual aglutina a los países con las economías más estables a nivel mundial y en donde los precios de los combustibles han alcanzado niveles por primera vez vistos.

Todo parece indicar, que la mirada se vuelva hacia los países petroleros, aquellos quienes tienen grandes reservas de crudo, caso Estados Unidos y Venezuela, ya que en esos espacios geográficos, se encuentra la palanca que mueve al mundo energético actual, por eso es importante visualizar esas reservas en el mapa anexo, en donde la mirada, la acaparan los países del golfo Arábigo-Pérsico, por su inmensa cantidad de reservas en crudo liviano, las cuales superan los 300 MM Bls, pero también ver en Venezuela el país con la mayor cantidad de reservas de crudo pesado y extrapesado.

Sin duda, que pasan a ser temas de mucho interés, pues mientras el mundo no cambie su matriz energética; el petróleo y sus derivados seguirán marcando la pauta y cubriendo las necesidades del modelo económico mundial..

En este orden de ideas, pareciera que la guerra entre Rusia y Ucrania, pudiera marcar un cambio en el orden mundial, Rusia busca posesionarse de un territorio más allá de sus fronteras, basado en que los mismos forman parte histórica de la nación Rusa y para ello, se ha preparado desde el 2014, cuando bajo los mismos argumentos se anexo Crimea.

En ese momento Estados Unidos le impuso sanciones al Kremlin, pero desde ese momento histórico, Rusia no sólo se preparó desde el punto de vista militar, sino que económicamente busco las vías para disminuir en lo que las actividades comerciales así lo permitieran, depender del Dólar americano como moneda de transacción.

Sin embargo, ya sabemos que las medidas impuestas por los Estados Unidos de América y respaldada por la Unión Europea, no hacen fácil el camino a Rusia, pues estas sanciones son como lo dijo el Presidente norteamericano, Mr. Joe Biden “son de bloqueos totales”, destacando “que estamos cortando al gobierno ruso de las finanzas internacionales”, en otras palabras, insistió Rusia no podrá hacer dinero de Occidente y no podrá negociar su deuda en los mercados norteamericanos ni europeos”.

Pero ahora volteamos la mirada a Rusia y aunque estas medidas sin duda son fuertes y de mucho peso para la economía rusa, de acuerdo a un artículo publicado por BBC News, el gobierno de Putin, después de su incursión a Crimea en 2014, cambio su estrategia y ha acumulado durante estos años enormes reservas de divisas y ha recortado sus presupuestos para mantener su economía y sus servicios gubernamentales en funcionamiento, incluso bajo aislamiento.

Así, ha reorientado el comercio y ha buscado reemplazar las importaciones occidentales, de forma tal que le sea más fácil evadir las sanciones. Al punto que, según analistas, el mandatario ruso está en capacidad de mostrar que puede soportar las sanciones por más tiempo de lo que supone Occidente.

Para enero de este año, las reservas internacionales del gobierno ruso en divisas y oro estaban en niveles récord, con un valor de más de US$630.000 millones. Esa es la cuarta cantidad más alta de tales reservas en el mundo y podría usarse para ayudar a apuntalar la moneda rusa, el rublo, durante un tiempo considerable.

Solo alrededor del 16% de las divisas de Rusia se mantienen actualmente en dólares, frente al 40% de hace cinco años. Alrededor del 13% ahora se mantiene en renminbi chino. Es una disminución aproximada del 80% en 2002 y el 70% a principios de 2014.

Mientras la mayoría de las naciones condenaba en el Consejo de Seguridad de la ONU la decisión de Putin de reconocer como «repúblicas independientes» las zonas rebeldes de Donetsk y Luhansk, el gobierno chino fue de los pocos que no se sumó al cuestionamiento y se concentró en llamar al entendimiento «de todas las partes».

«Lo que Rusia está haciendo, en efecto, es construir casi un sistema financiero alternativo para poder soportar algunos de los impactos de las sanciones que Occidente impuso», dice Rebecca Harding, directora ejecutiva de Coriolis Technologies. «Pero habrá algo de dolor a corto plazo en todo esto y la vulnerabilidad del sistema ruso radica en que tiene una red muy delgada extendida por todo el mundo», agrega.

Como terminará esta situación bélica, no lo sabemos pues no me anoto, en la lista de los adivinos de lado y lado, quienes escriben indicando cual será el resultado de este conflicto.

Particularmente creo que estamos frente a un “juego de estrategias de primer nivel”, en el cual se está buscando cambiar el Orden Mundial, que hemos conocido desde la caída de la URSS, es decir, no sólo estamos en presencia de una guerra convencional para demostrar el poderío militar, de una parte o de la otra, sino que también se tiene por objetivo direccionar el poder económico hacia el Este del globo terráqueo, teniendo a China y Rusia como protagonistas de ese amplio espacio en el cual vive más del 60% de la población del mundo.

Amanecerá y Veremos….

Fuentes: El Mundo: Economía y Negocio, TheEconomist.com, BBC Mundo.com, Sputnik news.com, infobae.com, eluniversal.com.ve, oilprice.com, worldenergytrade.com, OPEP.com, Bloomberg.com, refinitydatastream.com, ONU.com, Thefinancialtimes.com, Agencia Internacional de Energía(www.IEA.org), elordenmundial.com, eleconomista.es, OPEP.com, themoneypost.io, bankofamerica.com, elordenmundial.com