El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en EEUU aumentó en julio 0,6%, lo que evidencia un riesgo para la inflación. Sin embargo, el alto desempleo registrado en los meses recientes probablemente la mantenga bajo control, dando luz verde a la Reserva Federal (Fed) para que siga emitiendo más dinero a la economía y ayudar a su recuperación en medio de la crisis por el Covid-19.

De acuerdo al Departamento del Tesoro, el IPC aumentó luego de otra alza al 0,6% en junio. De esa forma, indican, en el último año el índice se aceleró un 1,1%.

La inflación en la principal potencia económica del mundo se ha ido acelerando desde mayo pasado, donde marcó 0,1% en su nivel más bajo en cuatro años y medio. Ya en julio los precios de la electricidad crecieron en un 2,5%, acompañado de una fuerte subida en el costo de la gasolina que fue de 5,6%, cuando en meses anteriores estos servicios sufrieron caídas estrepitosas producto del aumento en la demanda, al tiempo en que se fueron relajando las medidas restrictivas impuestas por la pandemia.

De ese modo, dichos aumentos se contrarrestaron con la caída del costo de la comida, que fue de 0,4% en julio, cuando el precio de los alimentos en el hogar desaceleró y quedó en 1,1%.

Sobre el coste de los vehículos automotores también hay datos. Los nuevos subieron el mes pasado un 0,5%, tras la caída del 0,2% en junio. También los hubo para las viviendas. El mes pasado subieron un 2,3% en julio, comparado con los 2,4% de junio.

Con información de Efe.