Luego de que en mayo la inflación mostrará una desaceleración en su ritmo de crecimiento mensual, en junio esta tendencia se continuaría. En el quinto mes del año, su variación mes a mes fue de 0,84%, que representaba una caída importante frente a abril cuando fue de 1,25%.

Sin embargo, actualmente los analistas consideran que su tasa oscile entre 0,47% y 0,71% en el dato mensual para junio, lo que significa que, seguirían aumentando solo de forma más moderada. En esta influirían los alimentos de nuevo de forma importante.

Vamos a seguir viendo los alimentos presionados al alza. Hemos encontrado en las lecturas del Sipsa, que hay algunos componentes de la canasta de alimentos que siguen fuertemente presionados al alza”, apunta Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria.

Esta entidad es la que estima el dato más alto en la inflación anual. Piraján afirma que esta alcanzaría 9,89%, con lo que sería el IPC más alto en lo corrido de 2022, convirtiéndose en un nuevo “coco” de la economía.

Asimismo, el Banco de Bogotá proyecta que la inflación se ubique en 0,48% mensual y el dato del año sea 9,65%. Camilo Pérez, gerente de Investigaciones Económicas de la entidad coincide y añade que entre mayo y junio, los alimentos estén un poco por debajo de 1%. “Hay nuevos riesgos, estamos viendo unas lluvias que se acercan a máximos de los últimos 10 años en junio y eso podría tener un impacto en las cosechas y por ende en el precio de los alimentos”, resalta.

Carolina Monzón, gerente de Análisis Económico de Itaú, señala que este efecto llevará al alza en el componente de restaurantes, que también han ganado relevancia en medio del regreso a las oficinas y la reactivación de la economía.

A este factor se suma otros. Pérez destaca que los servicios públicos mantiene la presión al alza y que los arrendamientos siguen indexando el incremento de la inflación a cierre de 2021.

Los especialistas afirmaron que el Día sin IVA debió ser uno de los compensadores de estos comportamientos, por lo que creen que alguno rubros en particular se vean afectados a la baja.

Por su parte, Monzón estima que estas altas cifras se mantendrán a lo largo del año, “por el componente de materias primas, combustibles, indexación que pueden llevar a la inflación sobre 9%”, dice. Por eso Itaú espera que el cierre esté en 9,02%. En lo que resta del 2022 se espera que los combustibles incrementen sus precios, lo que a su vez tenderá a aumentar el costo de vida.

La respuesta más agresiva que se ha dado es la del Banco de la República que ha aumentado su tasa de interés y en su última reunión la llevó hasta 7,5%. Dentro de los argumentos esgrimidos por la institución está la inflación básica (sin alimentos ni regulados) sigue incrementándose, lo que podría explicar una demanda muy alta.

Finalmente, esperan que el tipo de intervención continúe al alza y en las reuniones siguientes la eleven hasta niveles de 9,5% como proyecta Itaú.