Pese a la guerra de Rusia contra Ucrania está teniendo efectos en la economía y el comercio internacional en todo el mundo, ahora es el caso de Perú, generado por el probable incremento del precio de los metales y del gas, sectores importantes de su exportación, así como por el alza en el precio del petróleo y del dólar.

El exviceministro de Comercio Exterior, Carlos Posada, expuso “Hay un efecto mixto. En ciertas áreas hay oportunidades, porque a Perú se le abre la posibilidad de mejorar sus costos e inclusive apuntalar y aumentar la producción de sectores estratégicos”, en declaraciones al portal EFE.

La venta de minerales representa el 74% de las exportaciones tradicionales totales peruanas, con el cobre y cinc como sus principales productos, seguida por la agroexportación, que alcanzó máximos históricos en plena pandemia por más de $8.000 millones.

Además, Posada declaró que luego de una tendencia al alza en los últimos meses, el precio del cobre “está cayendo un poco”, sin embargo, consideró que “si China reactiva su economía, sale un proveedor importante como Rusia, podrían aumentar los precios”, una situación que “beneficia a Perú”.

Perú es un país exportador de gas (no en los niveles de Rusia y Estados Unidos), pero de aumentar el precio “lo que habría que controlar también es el precio local”, añadió el exviceministro.

Balanza de $200 millones con Rusia

En el comercio bilateral con Rusia, Perú exportó el año pasado $103 millones en uvas, aguacate y café, entre otros productos, y una cifra similar en metales, lo cual refleja una reducida balanza comercial entre ambas naciones.

Posada, quien actualmente es director ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), aseveró que el aumento del precio del petróleo, que bordea los $120 por barril, “también tiene un impacto directo en la cadena industrial, en la cadena de producción y, por supuesto, en la inflación, (porque) prácticamente suben todos los productos colaterales”.

Asimismo, puntualizó que, si el tipo de cambio del dólar sube en las próximas semanas, como una moneda de refugio para los inversionistas, se volverá “a tener precios aumentados en la economía local y se dispara la inflación, por un incremento de los precios internacionales”.

Temen incremento de tasas de interés

De esta manera, el director ejecutivo del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), Javier Portocarrero, señaló al portal EFE que, “lo más grave” para su país puede presentarse en las semanas y meses “que vienen, en el sentido de que Perú ha estado en el último año con unos precios por el cobre y los metales muy altos” por el crecimiento económico de Estados Unidos y China.

“Ahora, el contexto general es tal que la Reserva Federal de Estados Unidos va a empezar a subir las tasas de interés desde marzo, entonces acá el tema es que llueve sobre mojado”, dijo.

Portocarrero expuso que elevar las tasas de interés “va a impactar negativamente en las empresas, que tienen un crédito más caro y van a producir menos”.

Al producir menos las empresas, hay menos empleo y hay toda una cadena de consecuencias”, dijo.

El analista igualmente consideró que los metales no van a subir de precio y, por el contrario, opinó que podrían bajar “en un contexto en el que hay una ralentización o recesión mundial”.

El poderoso sector agrícola brasileño, en vilo por la guerra en Ucrania-Brasil continúa con inquietud el conflicto armado abierto a raíz de la invasión rusa en Ucrania por el impacto que puede tener en su poderoso sector agrícola, teniendo en cuenta la dependencia brasileña de esa región en cuanto a la importación de fertilizantes.

No solo es una preocupación generalizada, porque Rusia, la undécima potencia económica mundial, por encima de Brasil y detrás de Corea del Sur, de acuerdo con los datos del Banco Mundial, apenas es un socio comercial relevante para esta nación sudamericana.

Finalizando el 2021, el intercambio comercial entre Brasil y Rusia llegó a $7.286 millones, un 1,5% del total de las exportaciones e importaciones mundiales de Brasil, con un saldo comercial muy favorable a Rusia.

En el caso de Ucrania, en el número 56 mundial por producto interno bruto (PIB), las cifras del intercambio comercial son mucho más bajo, porque en el último ejercicio anual solo fueron de $438 millones, con un equilibrio entre exportaciones e importaciones.

Sin embargo, a pesar que en términos generales ni Rusia ni Ucrania se pueden comparar con los principales socios comerciales de Brasil (China y Estados Unidos, fundamentalmente), cualquier conflicto armado en esa región puede hacer mucho daño al sector agrícola brasileño. Y es que los agricultores brasileños pueden tener problemas para importar los fertilizantes que necesitan y que son clave para que Brasil cumpla con las expectativas de lograr este año un récord en su cosecha agrícola.

Conforme a la más reciente proyección del Gobierno, Brasil espera recoger este año 271,9 millones de toneladas de granos, un 7,4% mayor que la de 2021, un año que se vio afectado por condiciones climáticas adversas. Soja, maíz y arroz son los tres granos más producidos en Brasil (87,8% del total), una nación que además es el primer productor mundial de café.

Además, según distintas fuentes, Rusia y Ucrania representan entre el 40% y el 50% de las compras mundiales de potasa que hace Brasil para fertilizar sus campos, uno de los principales componentes de fertilización junto con el calcio y el nitrógeno. El conflicto armado ha sorprendido en mal momento porque los productores no han cerrado esas compras todavía para la próxima cosecha, programada para septiembre, y el stock de fertilizantes ahora solo llega hasta junio próximo.

Tenemos otras alternativas si tenemos algún problema”, afirmó la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa, al referirse a este tema la semana pasada.

Irán, Canadá y Marruecos pueden ser esas alternativas, según el criterio oficial.