La Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) de Francia, ha multado este jueves a Facebook con 60 millones de euros y a Google con 150 millones por los operaciones que manejan para «rechazar» las cookies (informaciones personales que almacenan los sitios web para fines publicitarios). Por otra parte, Google, se trata en realidad de una doble multa. La casa matriz deberá pagar 90 millones de euros y la filial europea, domiciliada en Irlanda, 60 millones.

De acuerdo a lo indicado por la agencia francesa de protección de datos en un comunicado, «las webs facebook.com, google.fr y youtube.com no permiten rechazar las cookies con la misma facilidad». Es decir, si el usuario decide aceptarlas. Realmente, un solo clic es suficiente para permitir la utilización de cookies a la compañía, pero son fundamentales varios clics para llegar a poder denegar todas las cookies. Además, esta entidad considera que esta práctica va en contra de la libertad de consentimiento que resguarda el artículo 82 de la ley francesa de protección de datos.

Los grandes tecnológicos tienen el deber, en tres meses, de corregir esa inestabilidad perjudicial para el usuario e implantar un método en el que se puedan rechazar o aceptar las cookies con la misma facilidad. De no ser así, tendrán que hacer frente al pago de 100.000 euros adicionales por cada día de retraso.

Motivado a esta nueva multa, Google ha asegurado que va a cambiar su política: «Nos comprometemos a aplicar nuevos cambios, así como a trabajar activamente con la CNIL en respuesta a su decisión, de acuerdo con la directiva [europea] ePrivacy».

Sanciones previas

Esta popular sanción es la mayor multa impuesta a Google en el país vecino hasta los momentos, que ya fue sancionada con otros 100 millones de euros en diciembre de 2020 igualmente a causa de las cookies.

Las cookies son pequeñas fracciones de texto que permiten a los sitios web almacenar información privada de los usuarios que lo visitan. Entre sus ventajas está la facilidad de volver a visitar los sitios ya que el ordenador recuerda los accesos. Sin embargo, esa información es personal y el usuario tiene que dar su consentimiento para que las empresas puedan utilizarla, primordialmente, con fines publicitarios y comerciales.

La Unión Europea adoptó un texto en 2018 que le exige a los sitios web a respetar reglas más estrictas para recoger el consentimiento de los usuarios antes de colocar sus cookies. Dos años atrás, la CNIL lucha para que las entidades francesas que editan páginas de alto tráfico cumplan la normativa. En julio, el diario francés Le Figaro, fue el principal en sufrir una sanción por el mismo motivo y tuvo que pagar una multa de 50.000 euros.