Amanda Betancourt. El estallido de casi tres mil toneladas de nitrato de amonio, ocurrido este martes en la capital del Líbano,  causó daños en casi la mitad de la ciudad, según el reporte de las autoridades libanesas hay más de 100 muertos, la misma cantidad de desaparecidos y 4.000 heridos.

El gobernador de Beirut, Maruan Abboud, dijo que la explosión dejó 300.000 personas sin hogar que no se han podido ubicar y que los daños en la ciudad son enormes, en torno a los 3.000 o 5.000 millones de dólares.

La deflagración provocó una enorme onda expansiva que afectó a miles de viviendas y edificios destruyendo vidrios y muros, lo que ha llevado a gran parte de la población de esa zona de la ciudad a buscar un techo en otros lugares.

 

 

La economía del Líbano se ha derrumbado en los últimos meses, con la caída de la moneda local frente al dólar, el cierre masivo de empresas y el aumento de la pobreza al mismo ritmo alarmante que el desempleo. Las explosiones se produjeron en un momento en que el Líbano está sufriendo su peor crisis económica en décadas.

El primer ministro libanés, Hasan Diab, reveló en una reunión con el presidente de la República, Michel Aoun, que un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas sin custodiar fue la causa de la explosión, aunque se desconoce las razones que llevaron a la explosión del fertilizante.

Este miércoles es el primer día de luto nacional declarado en el país, en estado de emergencia durante dos semanas.

El Consejo Supremo de Defensa libanés decretó ayer Beirut como “zona catastrófica”.

 

 

Con información de EFE.