En Venezuela, se puede detener la hiperinflación galopante en 4 meses y revertir la recesión al cabo de un semestre; siempre apoyándose en un programa macroeconómico de ayuda, que permita al país afrontar la crisis económica humanitaria, de acuerdo con el economista Rodrigo Cabezas.

En declaraciones exclusivas a TheMoneyPost, el también profesor de la escuela de Economía de la Universidad del Zulia, afirmó que un programa de estabilización macroeconómica y de atención a la crisis humanitaria, pudiera, en el muy corto plazo, con financiamiento y ayuda internacional; “detener la hiperinflación y detener en un año la recesión económica”.

Explicó el letrado que la solución a la crisis tiene, ahora mismo, dos prerrequisitos previos: en el campo económico y en el campo políprtico.

“En el económico, es que el programa tiene que resolver la reestructuración y refinanciamiento de la deuda externa, a la que no podemos eludir, y un programa antihiperinflacionario que supone resolver la restricción a recursos externos y que supone la posibilidad de volver a acceder a los organismos multilaterales para potenciar las reservas, anclar la moneda nacional y por supuesto, detener la hiperinflación. Ese es un prerrequisito económico básico”, dijo.

“En cuanto a lo político, está remitido a la necesidad de suspender las sanciones, porque nos permitiría acceder a los organismos, servicios y créditos bancarios, acceder al mercado de deuda externa, eliminar las restricciones a las importaciones y nos permitiría plantearnos la recuperación de la industria petrolera para iniciar su recuperación, para en 5 años llegar al 1,2 millones de barriles y en 10 años, aproximarnos a los 2 millones; independientemente del debate global de la energía sustituyente de las energías fósiles, todos sabemos que todavía podemos tener unos 50 años para vender petróleo y sus refinados”, destacó.

Por tanto, resiente de la estimación de que la recuperación de Venezuela tome más de 10 años, como apuntan varios economistas de ese país.

“La recesión e hiperinflación tienen, en la ciencia económica, recuperación, y por supuesto, en la combinación con lo político”, insistió, para luego aclarar que eso no lo puede llevar adelante el gobierno de Nicolás Maduro ante la desconfianza que inspira el socialista a lo interno y a lo externo.

Y luego remató: “Un programa de estabilización macroeconómica supone un financiamiento y ayuda internacional, un manejo responsable del déficit público”, el cual “pudiera detener la hiperinflación en 3 o 4 meses; y para detener la recesión, un semestre”.

“Esto no es que vamos a crecer a tasas importantes, pero ya detener la recesión es importante. Crecer en torno a 1% en un año y 3% en el segundo o tercero”, indicó.

Reconversiones: 10 años vs. 6 meses

Cabezas, quien fue el ministro de Finanzas del gobierno de Hugo Chávez, fue artífice de la reconversión del 2007, la primera del chavismo, y que supuso la eliminación de tres ceros a la moneda y un nuevo cono monetario.

Para él, la comparación con la venidera, a entrar en vigor desde el 1 de octubre, es clave: un contexto macroeconómico radicalmente distinto.

“En 2007 teníamos tres años con una economía creciendo continuamente, en 2007 el PIB creció un poco más de 5%, una de las más altas de América Latina; una inflación que terminó en 22%; un déficit fiscal controlado, por debajo del 3% del PIB. Teníamos un nivel de reservas superior a los 30 mil millones. Teníamos un nivel de estabilidad macroeconómica envidiable en el momento que se hace la reconversión para mejorar los sistemas de pago y las transacciones económicas”, indicó.

Recordó, además, que la reconversión de 2007 duró 10 años y que hasta el 2013, el billete de 100 bolívares era el más fuerte.

Ahora, y tras un contexto de “crisis generalizada, sistémica, indetenible” de la economía venezolana, “la nueva reconversión corre el peligro de durar 6 meses”, expuso.

Medida cosmética

De cualquier forma, para Rodrigo Cabezas, la venidera reconversión monetaria, no es más que una medida cosmética del Banco Central de Venezuela (BCV), toda vez que lo que harán será “cambiar la escala monetaria a través de la supresión de ceros”, algo neutro en relación a la inflación “que es el tema central”.

“¿Necesario? Por supuesto. Yo creo que las modificaciones en el sistema de pagos obligaban a hacerlo, tratar de facilitar el sistema de pagos, mejorarlo; pero en un contexto de la anomalía hiperinflacionaria que destruye inversión, salario y el gasto, la reconversión sin ninguna medida que ataque los desequilibrios macroeconómicos básicos, se convierte en una medida cosmética”.

Y por tanto, critica al Banco Central, señalando que pierde todo rigor científico y respeto por parte de los venezolanos, “cuando se atreve a afirmar que el país comenzó el camino de la recuperación económica con un bolívar digital y cualquier otro asunto que no tenga que ver con detener la recesión, la hiperinflación, solventar la situación de impago de deuda internacional”.

“Se va a mejorar el sistema de pago, creo que sí; simplifica el cómputo de las transacciones, facilita el registro contable, simplifica los manejos financieros, pero no va a resolver la grave crisis económica. Hacer esa afirmación es una pérdida de credibilidad y una falta de respeto a la inteligencia venezolana”, finalizó.

@jherreraprensa.