Un alivio, mas no una sensación de estabilidad. Eso es lo que puede esperarse de la nueva reconversión monetaria en puerta en Venezuela, donde comprar bienes o facturar en una empresa es un proceso sumamente engorroso por la cantidad de ceros que hoy caracterizan al devaluado bolívar.

Así lo opina el economista venezolano Manuel Sutherland, quien en una entrevista exclusiva con TheMoneyPost aclaró que la reconversión no es más que un proceso meramente nominal y que no incluye algún “efecto psicológico de estabilidad”.

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“No es un efecto psicológico de estabilidad. Hay un efecto de incertidumbre inicial para quienes no son duchos en el tema, que piensan que puede haber más devaluación, más pérdida de valor; pero la reconversión monetaria es fundamentalmente una operación nominal, y no debería traer ninguna de estas consecuencias”, advirtió.

A su modo de ver, es una operación ya necesaria, independientemente de la política económica que lleve adelante el Gobierno venezolano, “porque son demasiados ceros a la moneda que no se justifican y no tienen ningún sentido práctico”.

Sostiene, además, que los a veces incontables ceros son el fruto de la hiperinflación “causada por una política monetaria totalmente desastrosa y equivocada”.

  • La reconversión, más allá de tema facturación y otros sistemas contables o de banca, ¿va directamente a la psicología de los venezolanos? Es decir, ¿da esa sensación de ‘mediana estabilidad’ al eliminar ceros?

– La reconversión monetaria tiene como principal necesidad la simplificación de trámites, cálculos, compras y ventas. Si vas a pagar 20 dólares, serían 60 millones de bolívares. Quitándole 6 ceros a la moneda, que supongo es lo que pueden quitar, facilitarían mucho esos cálculos.

– A las empresas se les dificulta muchísimo el montón de ceros que tienen para hacer operaciones, llevar la contabilidad, hay máquinas registradoras que no tienen suficientes ceros y máquinas de cuenta que tampoco los tienen. Todo se hace sumamente engorroso. Ningún país del mundo tiene un billete de 1 millón y con un valor de un tercio de dólar. Eso es completamente ridículo y desastroso.

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– No es un efecto psicológico de estabilidad. Hay un efecto de incertidumbre inicial para quienes no son duchos en el tema, que piensan que puede haber más devaluación, más pérdida de valor; pero la reconversión monetaria es fundamentalmente una operación nominal, y no debería traer ninguna de estas consecuencias.

– Ahora, hay personas que pueden ver que hay una sinceración en cuanto al manejo de las cifras relativas al tipo de cambio y a la compraventa de diversos productos, y puede ser que sea un alivio, pero tampoco creará una sensación de estabilidad.

  • ¿Será que la reconversión es la entrada a otras medidas que el Ejecutivo puede estar pensando para intentar mejorar la economía?

– El Ejecutivo está tratando de hacer medidas de apertura como la Ley Antibloqueo, la ZEE, algunas otras normas que tienen en la AN, como la Ley de Hidrocarburos; y la reconversión entra como un arreglo de política monetaria necesaria y formal, en cuanto a la urgencia de facilitar los cálculos.

– Creo que independientemente de si la política del gobierno es pro-control, pro-apertura, pro-rigidez; la reconversión es necesaria cualquiera sea la política monetaria que se vaya a imponer, y de cualquier tinte, a menos que se piense en formalizar directamente, aunque esa posibilidad es difícil por la enemistad con EEUU y los prejuicios ideológicos.

  • A su juicio, ¿cuál es el verdadero fin de esta eliminación de ceros? ¿Demagogia? ¿Políticas económicas?

– Creo que la reconversión es una necesidad completamente técnica, válida, para la realización de compras y ventas más sencillas, para manejarse con cálculos accesibles porque son demasiados ceros a la moneda que no se justifican y no tienen ningún sentido práctico, aparte de los costos y los problemas y errores que causan las dificultades de cálculo.

– Eso es el fruto de la hiperinflación causada por una política monetaria totalmente desastrosa y equivocada.

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“Reconversión más rápida”

De acuerdo con Sutherland, es muy probable que la nueva reconversión, que a la fecha carece de anuncio oficial, se ejecute de una manera más rápida, al recordar que no es la primera vez que se lleva adelante el proceso: hay experiencias cercanas, las reconversiones de 2008 y 2018.

Opina que puede que se le quiten hasta seis ceros al bolívar, que sumados a los primeros tres y seguidos cinco, dan un total 14 ceros fuera de la moneda del país caribeño, “que es demasiado y que es prueba del fracaso absoluto de la política monetaria que debería dotar de estabilidad monetaria a la nación y evidentemente no lo ha hecho”.

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De cualquier forma, sostiene que el gobierno socialista de Nicolás Maduro “ha tardado muchísimo”, y que si bien están tratando de acelerar tiempo, “tienen severas dificultades para hacer nuevos billetes”.

“Nunca en la historia del país se había tenido tan poca cantidad de dinero físico”, reflexionó, y acotó que ese “desastre” se ha intentado cubrir con innovaciones en formas de pago electrónicas.

Pero, alerta, “hay muchísima gente que no tiene teléfonos inteligentes y que no manejan esa tecnología y requieren de monedas y billetes”.

¿En qué se diferencian?

Sutherland explicó las diferencias entre las tres reconversiones. La primera, dice, fue algo más grande porque la familia de billetes anterior tenía muchísimo tiempo en Venezuela. “Una tradición importante”, rememora.

La de 2018, afirma, pasó por debajo de la mesa: “cinco ceros, muchas promesas de disciplina fiscal que no se cumplieron y se continuó con políticas erróneas, tremendamente nocivas para la salud económica”.

La próxima, augura, será un “poco más de lo mismo” que la de 2018, porque “se va a hacer a la carrera, con mucha improvisación, poca preparación y con un rezago muy fuerte y con necesidades muy grandes de medios de pago porque en la economía son tremendamente escasos y eso hace que el comercio no fluya como debe y se dificulten enormemente la adquisición para muchas personas de bienes y servicios esenciales”.

¿Y supone inflación?

Manuel Sutherland explicó que la reconversión, en esencia, no supone más inflación. Insiste en que se trata de una operación nominal, que no tendría por qué generar un incremento en el índice de precios al consumidor.

“La reconversión no implica incremento en niveles de precios. No implica que exista un potencial inflacionario o depreciación de la moneda. Es un hecho fundamentalmente nominal. Es como tacharle los ceros a un billete”, señaló.

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@jherreraprensa