Los gobiernos de la zona euro deben organizar sus políticas fiscales para el año próximo 2023 y no chocar con los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE) de frenar la inflación y deben mantener la inversión durante la desaceleración económica, dijo la Comisión Europea.

Los países de la zona del euro deben abstenerse de una expansión fiscal generalizada, al tiempo que prestan un apoyo específico a los más vulnerables”, afirmó el Comisario de Economía, Paolo Gentiloni, en una conferencia de prensa.

Uno de los principales problemas es la cuantía de las ayudas que los gobiernos ofrecen a hogares y empresas para hacer frente a los elevados precios energéticos, motivado que el país más rico, Alemania, ofrece ayudas que duplican al de sus pares, Francia e Italia.

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Dichas ayudas no sólo alteran la competencia en el mercado de la UE, sino que actúan como estímulo fiscal y van en contra de los esfuerzos del BCE por reducir la inflación, de acuerdo con la Comisión.

El efecto negativo se ve amplificado por el hecho de que 70% de las medidas de apoyo son amplias y serán difíciles de eliminar, en lugar de ser temporales y estar dirigidas a los más vulnerables de la economía, dijo la Comisión.

Deben garantizar que el apoyo prestado a los hogares y las empresas sometidos a tensiones financieras a causa de la crisis energética sea rentable, temporal y esté dirigido a los más vulnerables«, indicó.

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Sugirió a los gobiernos que establezcan un sistema en el que el Estado subvencione un determinado nivel de consumo de energía, aunque que todo lo que supere ese nivel tenga que pagarse al precio más alto del mercado, garantizando así un incentivo para el ahorro de energía.