Venezuela es un país con una crisis económica que mantiene a sus habitantes cobrando menos de un dólar mensual. Es una crisis que existe desde hace desde años, generada por malos manejos y políticas erradas; y además, es una nación sobre la cual pesan grandes sanciones que exacerban el golpeado cuerpo económico del territorio que en otrora fue sinónimo de solvencia y excelente calidad de vida.

Ya en 2017 comenzaron las restricciones y sanciones. El gobierno del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, atacó el brazo financiero del país: prohibida la reestructuración de la deuda y toda transacción en nombre del Estado venezolano, pues, a los ojos de la ley de ese país, es dinero robado al pueblo.

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Como si no fuera poco, también en ese año comenzó el ciclo hiperinflacionario, que hasta estos días sigue en pie, carcomiendo a su paso al poder adquisitivo del venezolano. Una crisis sin precedentes.

En 2019 se registró otro duro golpe a la economía venezolana, sino el más fuerte recibido por parte de EEUU. Llegaron las sanciones contra Petróleos de Venezuela (PDVSA) poco después de que la nación norteamericana reconociera al líder opositor, Juan Guaidó, como presidente encargado de la República: prohibida la exportación de crudo y amenazas a quienes osaran comercializar con el gobierno de Maduro, la “dictadura”, que al sol de hoy es desconocida por más de medio centenar de países del mundo.

Tales sanciones pudieran pasar desapercibidas, pero, a ciencia cierta, no es así. De hecho, atacan con más dureza a los venezolanos que más dificultades económicas tienen, que de acuerdo a estudios, son muchos más de los estimados. La crisis ya preexistente no ha dejado de atacar y las sanciones han ahogado a los connacionales que a diario sobreviven en Venezuela.

Tanto ha sido el impacto de las sanciones al venezolano que el comisionado para el centro de gobierno interino, Leopoldo López, ya pidió que se revisaran, pues, a su modo de ver, hay formas de aplicarlas “de una manera más estratégica”.

Así lo dijo al medio local Efecto Cocuyo:

“Sobre las sanciones, sí creo que se puede hacer una revisión para ver cómo se pueden aplicar de una manera más estratégica. Sobre las sanciones generales al sector energético, creo que allí tenemos que ser muy claros, la verdad es que la escasez de gasolina que hay hoy en Venezuela que la dictadura también se la pretende atribuir a las sanciones, no es por el problema de las sanciones, es por la irresponsabilidad, la corrupción y la incapacidad de la dictadura de manejar el sector energético”.

En esa línea, el mismo Guaidó pidió revisarlas para “direccionarlas mejor”. Así se lo dijo a The Associated Press, donde recalcó que desde el próximo 5 de enero, en una nueva etapa lejos del Palacio Federal Legislativo que tomará el gobierno de Maduro por las elecciones del pasado 6 de diciembre, “se van a revisar los mecanismos a nivel internacional para aumentar las presiones contra el gobierno, lo que incluirá la evaluación de las sanciones para ver cómo mejor direccionar, cómo facilitarlas para que sean incluso más rápidas, cómo no las bypaseen a través de Irán…. y en unos casos de paraísos fiscales”.

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Tales afirmaciones de los dos principales funcionarios del interinato venezolano generan preguntas que merecen ser respondidas. Una de ellas, en efecto, es saber de qué manera las sanciones de Estados Unidos afectan verdaderamente al venezolano de a pie y si, en consecuencia, son un daño colateral de esa política estadounidense que, de acuerdo con la misma Administración Trump, busca deponer el gobierno socialista de Maduro.

Por tal motivo, TheMoneyPost recurrió a dos economistas expertos en el tema de las sanciones económicas. Se trata de Luis Oliveros y Francisco Rodríguez; quienes concuerdan en que esas imposiciones dañan aún más al ya golpeado venezolano y que lejos de acercar una salida, solo extienden la permanencia de Nicolás Maduro en la silla de Miraflores.

Oliveros explica que las sanciones afectan al venezolano de a pie en la producción de bienes, en las importaciones públicas que el gobierno hace y que han disminuido por el mismo tema.

Así lo señaló:

“¿En qué afecta a los venezolanos? En la producción de bienes, en las importaciones públicas que el gobierno hace y que han disminuido por el tema de las sanciones. Las sanciones dicen que no afectan a la compra de alimentos, no afectan a la compra de medicamentos, es cierto; pero tú necesitas divisas para comprarlos. Si no generas las divisas, no vas a poder comprarlo. Por otro lado, afecta al sector privado porque tiene problemas con sus proveedores, con sus cuentas en divisas, es menos eficiente a la hora de producir y por lo tanto produce menos bienes y servicios. O también con un gobierno que le cueste generar crecimiento económico, al sector privado le va a costar crecer y también producir. De manera muy sencilla y resumida, los efectos que están teniendo en los venezolanos y en la economía de los venezolanos”.

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Explica que las sanciones afectan en mayor medida al venezolano más vulnerable, que son, por ejemplo, quienes dependen de una caja Clap y de lo que el Estado le pueda dar.

“¿Por qué? Porque la persona que depende de una caja Clap, está dependiendo de lo que el Estado le puede dar, lo que le vaya a ofrecer; y si el Estado no tiene los suficientes recursos para darles la bolsa, su consumo va a disminuir, y por eso tienen problemas”, aclaró.

“Las sanciones tienen daños colaterales. Es ese tipo de cosas que quienes las incentivan nunca las han tenido en cuenta. En Venezuela hay cheerleaders que apoyan las sanciones. Hay parte de la oposición venezolana que apoya las sanciones. Hay otra parte que no las apoya y que entienden perfectamente los efectos colaterales”, dice, y considera positivo la petición de López porque asegura que en el interinato “no hay nadie que lo diga”.

“En el interinato, todos los funcionarios que han pasado por allí, han apoyado el tema de las sanciones al país. Aquí hay que dividir sanciones personales de las sanciones hacia el país. Aquí nadie está hablando de defender las sanciones personales. Esas la defiende cada quien como mejor pueda. Pero cuando son sanciones contra 26 millones de personas, esa es otra cosa (…) Aquí las sanciones están atacando al 99,99% de los venezolanos que no tenemos responsabilidad del desastre político que se ha vivido. Somos víctimas y las sanciones han incrementado el sufrimiento del venezolano en una economía que ya genera sufrimiento.”, consideró.

Para Francisco Rodríguez no es muy distinto. El PhD en economía explica que la principal restricción del venezolano de a pie son sus ingresos, su capacidad de compra.

“Esa capacidad, ese salario, está influido por el crecimiento económico. Cuando la economía se desploma como se ha desplomado como consecuencia de los ingresos petroleros, entonces se desploman los ingresos reales y la capacidad de compra de los venezolanos”, señaló.

Y aclara que una cosa son las sanciones a Pdvsa y otras a funcionarios. “Las personales no afectan al ciudadano común, pero las que son a Pdvsa sí, y lo afectan desde el punto de vista muy simple que es que en Venezuela las importaciones se hacen esencialmente con ingresos petroleros. Este es un país cuya economía siempre ha estado asociada a los ingresos petroleros. Cuando hay más, la economía crece y cuando hay menos, la economía decrece”.

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¿Sin sanciones, una mejor Venezuela?

Preguntamos a los economistas si es posible que Venezuela tenga una mejor situación económica si no existieran las sanciones. Ambos apuntan a que la crisis, indudablemente, seguiría cerniéndose sobre la población, pero que, en efecto, el país no estaría en los niveles en los que se encuentra hoy en día.

Para Luis Oliveros, “el quitar las sanciones no implica que automáticamente en Venezuela va a haber bienestar y un derroche de felicidad”, ya que no se tenía cuando las sanciones no existían, pues ellas no generaron la crisis económica.

“Pero flexibilizar las sanciones al menos al sector privado, sí quita un peso de encima y ya por allí es una buena noticia y adicionalmente que se establezcan mecanismos para que Venezuela pueda comercializar crudo, que en general son ingresos, ya también es una buena noticia”, explica.

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“Las sanciones no son las que generan la crisis, pero sí la exacerba. Más allá de los errores en política económica de Chávez y Maduro, hay que entender que Venezuela pudiera tener herramientas para aumentar la producción petrolera. Pudiera hacer más cosas sin sanciones, pero con el agravamiento de la crisis, hay una cuota de responsabilidad que sin lugar a dudas la tiene las sanciones y que le ha servido como excusa a Maduro para decir que parte de la crisis que estamos viviendo es culpa de las sanciones y responsabilizar a otros”, sostiene.

Y Francisco Rodríguez coincide en que no todo lo mal en Venezuela es causa de las sanciones, pero que sin ellas, “el país estaría en una crisis que sería menos profunda”.

“Hay distintas formas de verlo, pero una forma de pensar en esto es que las crisis económicas causadas por mal manejo macroeconómico y por exceso de intervencionismo estatal, han ocurrido en muchos países, inclusive en Venezuela, y nosotros conocemos el efecto de esas crisis (…) Otras formas de pensar en el tema es que se encuentra una caída en la productividad de la economía de 4% anual durante los gobiernos de Chávez y Maduro. La productividad es la capacidad de convertir insumos en producción, de convertir trabajo, capital, bienes importados en PIB, y al final, calidad de vida. La economía se ha vuelto muy ineficiente y eso es culpa de Chávez y Maduro, y eso es 4% de pérdida anual, es como un 50% de caída. Quiere decir que el país, aun con sanciones, si no fuera por las pésimas políticas de ambos gobiernos, este país tuviera el doble del PIB que tiene ahora. En ese sentido, nuestro bajo nivel de vida claro que es culpa de las malas políticas de Chávez y Maduro, pero también es culpa de las sanciones”, señaló.

Y no suficiente, aprovechó para cargar contra economistas profesionales que dicen que la crisis no es causada por las sanciones porque comenzaron antes y que el verdadero génesis de la enorme recesión es por la incompetencia o la corrupción.

“Conseguir una causa no quiere decir que estás refutando la otra (…) es una economía muy mal manejada, con incompetencia, que además la sancionaron. Son causas de la crisis”, indicó.

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¿Entonces… Biden debe revisar las sanciones?

Tal escenario descrito por ambos expertos económicos nos hizo cuestionarnos, como López y Guaidó, sobre la revisión de las sanciones, pero por parte del gobierno entrante en EEUU, del demócrata Joe Biden. Tanto Oliveros como Rodríguez sostienen que la revisión pasa por la visión multilateral que se desprende del equipo del nuevo presidente de Estados Unidos.

“Joe Biden ha dicho que Maduro es un dictador y demás, pero la diferencia radica en que el equipo de Biden ve la política exterior de EEUU hacia Venezuela desde el punto de vista multilateral. ¿Qué está haciendo Europa? Tienen sanciones hacia Venezuela, pero la mayoría son personales, no afectas al país o tratas de no afectarlo tanto, y buscas canales de negociación. Y eso es lo que espero que Biden haga, que busque vías de negociación, que flexibilice las sanciones, que busque la manera de no impactar tanto en la población, porque al final ni van a venir los US Marines, ni los extraterrestres”, dice Oliveros.

En tanto, Francisco Rodríguez explica que la administración demócrata, contraria a la de Trump, no apunta a la “máxima presión” contra Maduro “porque consideran que las consecuencias para los venezolanos pueden ser muy duras”.

De hecho, asoma que López y Guaidó saben que algo que viene en ese sentido, que la política va a cambiar y están preparando el terreno “incluso en la misma opinión pública, como para que no se vea que es algo en contra de ellos”.

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Así la cosas, para él, lo que se debe hacer en torno al régimen de sanciones es aprobar excepciones humanitarias muy amplias, pues si se levantan sin haber acuerdo, no se podrán generar grandes cambios.

“El acuerdo es necesario para sobreponerse al hecho de que quien controla las cuentas en el exterior es Guaidó pero quien puede producir petróleo es Maduro, entonces, en la medida que no haya acuerdos, no vas a poder resolver el problema”, apunta.

Y finaliza con que el diseño de un programa humanitario, como el que propone, sí será capaz de debilitar a Maduro porque la distribución de bienes y alimentos quedará en manos de la comunidad internacional y no en manos de su gobierno, que es lo que, infiere, le da “gran parte del poder”.

@jherreraprensa.