La reunión que realizaron este lunes los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Venezuela, Nicolás Maduro, dejó temas esenciales que —más allá de los asuntos comunes entre ambos países— ponen sobre la mesa cuestiones geopolíticas de interés que apuntan a la construcción de una nueva arquitectura financiera regional y mundial.

Luego de ocho años de relaciones fracturadas y llevadas al mínimo nivel de comunicación, Lula y Maduro finiquitaron un encuentro bilateral en Brasilia, que era ampliamente esperado desde que el jefe de Estado brasileño fue electo en 2022, y en el que hablaron sobre la importancia de construir un nuevo modelo financiero para mejorar el desarrollo de las naciones a partir de la integración regional.

Temas como la disminución de las desigualdades, la pobreza y el fortalecimiento de las economías locales fueron transversales en el encuentro bilateral, donde ambos líderes —que por primera vez en la historia sostuvieron un encuentro como mandatarios— concordaron en la necesidad de trabajar a favor de que la región se haga más fuerte a partir de la unión en bloque para poder negociar con poder ante el mundo.

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En ese sentido, Lula resaltó que los gobiernos, desde sus distintas perspectivas y posiciones ideológicas, deben tener claro y entender que solo a través de la unidad e integración regional, como en su momento se logró con la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), se puede ser más fuerte para enfrentar los retos actuales generados por dificultades económicas y procesos políticos que generaron retroceso en el continente y más necesidades en la población.

En ese sentido, dijo que es el momento para que la región se presente ante el mundo como un bloque cohesionado, unitario, con políticas firmes y claramente definidas para consolidar políticas financierasmonetarias y comerciales que abran paso a una era de progreso y desarrollo.

«Tenemos que discutir si queremos ser más fuertes, si queremos formar un bloque para negociar, tener más fuerza o seguir divididos y dependiendo económicamente de Estados Unidos«, expresó Lula sobre la necesidad que tiene la región de instalar una política económica soberana y común que acerque más a los pueblos.

«Mi sueño es tener una moneda común»

Uno de los pasos para avanzar hacia la independencia económica, resaltó Lula, es lograr que la región tenga una divisa autóctona con la que pueda realizar sus transacciones de manera independiente al dólar.

«Mi sueño es tener una moneda común entre nuestros países para usar en las transacciones, de tal manera que podamos ser independientes del dólar«, expresó Lula en sus declaraciones a la prensa desde el Palacio de Planalto, sede de su Ejecutivo en Brasilia.

Para el líder brasileño, «no es posible» que en una región tan rica como Suramérica y con tantos recursos, aún los gobiernos no se hayan puesto de acuerdo para avanzar en esa idea y sobre todo, que sigan limitados a negociar entre ellos porque no tienen libertad económica.

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Lula recordó que esa propuesta de una moneda común la ha mantenido desde que tuvo su primera gestión como presidente de Brasil, una idea que llegó a compartir con el mandatario venezolano Hugo Chávez, entre otros líderes que fundaron la Unasur y posteriormente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

«Hay que avanzar en una moneda para negocios en Suramérica (…) yo soñé, he soñado y sigo soñando con la existencia de varias monedas para que podamos hacer comercio independientemente del dólar (…) sueño con una moneda distinta del dólar que nos permita negociar con los países que nos suministran productos y con quienes comerciamos», expresó Lula.

El presidente brasileño puso como ejemplo de esa necesidad a Venezuela, que por ser objeto de bloqueos y sanciones por parte de Estados Unidos, tiene limitaciones para pagar en dólares sus importaciones, una situación que calificó como algo peor que una guerra, porque al prohibir y castigar esas transacciones se provocan muertes de inocentes como niños, mujeres, adultos mayores, «que nada tienen que ver con las disputas ideológicas» entre gobiernos.

El camino de los BRICS

Para Lula, un ejemplo del nuevo modelo al que debe apostar Suramérica y el resto de Latinoamérica y el Caribe, es lo que hacen los países que integran el bloque de los BRICS, (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que ya trabajan en realizar sus transacciones en monedas distintas al dólar, y que podrían llegar incluso a tener una moneda común.

«Mi sueño es que los BRICS también cuenten con una moneda común, al igual que la Unión Europea con el euro (…) ¿Por qué depender económicamente de Estados Unidos?», resaltó Lula, quien precisó que hay varios países que están interesados en sumarse al bloque, como ya lo expresó Venezuela, que cuenta con el apoyo de Brasil para integrarse. «Si me preguntan qué pienso (sobre Venezuela) yo les digo que sí, que soy favorable», dijo.

Sobre la ampliación de ese bloque de integración económica, comercial y financiera, Lula comentó que ese proceso no depende solo de Brasil y será un tema a abordar próximamente por los países miembros. «Vamos a discutir los pedidos oficiales en los BRICS y allá vamos a decidir».

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Por su parte, el presidente Maduro destacó que el papel de los BRICS en el surgimiento de una nueva geopolítica mundial «va dibujando un mundo multipolar» que incluye «nuevos polos de poder político, económico, social, cultural y militar«.

«Los BRICS como elemento de avanzada en la nueva geopolítica. Son cinco países muy poderosos (…) Los BRICS se transforman en el gran imán de los que quieren un mundo diferente y más de 30 países quieren sumarse, estar en el Banco de los BRICS», agregó Maduro.

El presidente venezolano también se refirió al interés que tiene su Gobierno de ser parte de los BRICS. «Si nos preguntan a Venezuela: ¿Ustedes aspiran algún día a ser aceptada en los BRICS? Venezuela dice sí, quisiéramos ser parte de los BRICS, de manera modesta». Además, explicó que integrar ese bloque significa «ser parte» y «acompañar» el proceso de «construcción de esta nueva arquitectura» financiera, así como de la «nueva geopolítica mundial y del «nuevo mundo que ya va naciendo».

Fuente de: Actualidad RT