Esta información es una de las noticias más importante en el mundo de los negocios y las redes sociales de este año: Elon Musk compró una participación del 9,2% en Twitter.

Según lo confirman distintos medios financieros estadounidenses, como Bloomberg.

De manera que, el dueño de Tesla es nombrado como el mayor accionista de la red cofundada y dirigida por Jack Dorsey.

Esta primicia causa asombro, ya que Musk ha criticado fuertemente en los últimos meses a la red social por no defender los principios de la libertad de expresión.

El empresario sudafricano Musk, posee 73.486.938 acciones de Twitter, lo que significa una participación pasiva del 9,2% en la empresa, según el documento 13G de la Comisión de Bolsa y Valores.

La participación tiene un valor de U$S 2.880 millones, de acuerdo con los valores de cierre de Twitter del viernes 1 de abril de 2022.

Es por ello que, Musk se ha convertido en el mayor accionista de la red social del pajarito azul, por delante del grupo Vanguard (8,78 por ciento) y de Morgan Stanley (8,75 por ciento).

Hasta los momentos la noticia es muy reciente, aún se desconoce cuál será el rol que Musk va a tener en la compañía, debido a que la compra no tiene relación con una función en específico.

Tanto así que es posible que actúe como un inversionista externo.

La adquisición de acciones de Twitter por parte de Elon Muck nace al poco tiempo de que el CEO de Tesla confirmara en su cuenta de esta misma red, que estaba planeando “crear su propia Twitter”.

La relación amor-odio de Elon Musk con Twitter

Musk es un usuario muy habitual en Twitter y la mayoría de sus publicaciones generan polémica. Tanto así, que Twitter es parte de su estrategia de marketing alrededor de su persona.

Sin embargo, eso no ha entumecido criticar a la red social de Jack Dorsey y sus políticas respecto del contenido que se aprueba y el que no. En correspondencia con el algoritmo y la preferencia de algunos tuits sobre otros.

De acuerdo con el empresario Musk, Twitter está socavando la democracia al no adherirse a los principios de la libertad de expresión.