El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin y otros cuatro miembros del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, incluido su vicepresidente Dmitri Medvédev, forman parte de la nueva lista de cerca de un centenar de individuos a los que la Unión Europea ha congelado sus activos y en la que ya se sabía que estaban el presidente Vladímir Putin y su titular de Exteriores, Sergei Lavrov.

Los otros tres estrechos colaboradores de Putin que figuran en esta nueva tanda de restricciones personales son el ministro ruso de Interior, Vladimir Kolokoltsev, y los representantes especiales del presidente ruso para cuestiones medioambientales y de transporte, Sergei Ivanov, y para la Federación Rusa en el Distrito Central, Igor Shchyogolev, según se lee en el Diario Oficial de la UE.

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Esta segunda lista de personalidades rusas a las que la UE sanciona por la guerra en Ucrania se completa con los 66 miembros de la Duma (cámara baja del parlamento ruso) que no resultaron afectados en el primer paquete de represalias del miércoles pasado y a una veintena de altos cargos militares de Bielorrusia por facilitar la agresión militar “no provocada e injustificada” al país vecino.

Es un “paso importante”, destacó ayer el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, al subrayar que hoy por hoy “los únicos líderes en el mundo que están sancionados por la Unión Europea son (el presidente Bashar Al-) Assad de Siria, (el presidente Alexandr) Lukashenko de Bielorrusia y ahora (el presidente Vladimir) Putin de Rusia”.

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Con esta nueva lista, las medidas restrictivas individuales impuestas a los responsables o colaboradores de las agresiones a Ucrania desde que Rusia invadió la península de Crimea en 2014 ascienden ya a un total de 654 personas y 52 entidades, precisó el Consejo Europeo en un comunicado.

Esas medidas individuales incluyen la congelación de activos y la prohibición de poner fondos a disposición de las personas y entidades enumeradas, así como una prohibición entrar o transitar por el territorio de la UE.

Pero la congelación de activos individuales es solo una parte del paquete de sanciones aprobado la víspera por la UE, fruto del inicio de la operación militar de Moscú sobre Ucrania, y que pretende asfixiar la economía rusa con restricciones financieras, energéticas y comerciales.

Quedan fuera de este segundo paquete cuestiones como la expulsión de los bancos rusos del sistema de mensajería SWIFT o restricciones comerciales sobre el gas y los productos de lujo, que la UE se reserva para incluir en nuevas represalias contra Moscú en las que ya están trabajando los servicios europeos, si fuera necesario.

Por ahora, los Veintisiete han preferido centrarse en cortar los canales de financiación y negar el acceso a los mercados de capitales al Kremlin, sus empresas públicas y los bancos rusos a través de una serie de decisiones en el ámbito financiero, en lugar de adoptar restricciones comerciales que también afectarían al bloque.

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Alfa Bank y Bank Otkritie se suman a las entidades que ya habían sido sancionadas, se frena la financiación de empresas públicas como Kamaz, Rostec o Almaz-Antey y se prohíbe la apertura de nuevos depósitos de más de 100.000 euros a ciudadanos rusos en bancos europeos y la compra de acciones de compañías rusas.

La UE confía en que estas sanciones, que afectan al 70 % del sistema bancario ruso y a empresas “clave” también del ámbito de la defensa, aumenten los costes de financiación, generen inflación y erosionen la base industrial del país, reduciendo las inversiones directas en Rusia.

Además, se incluyen otras medidas para evitar que las fortunas de la élite rusa se escondan en refugios seguros en Europa.

A las financieras se suman sanciones energéticas que buscan impedir que Moscú tenga la tecnología adecuada para modernizar sus refinerías de petróleo; las de transportes, que restringen la venta de aeronaves y componentes de aeronaves, y las nuevas medidas comerciales, que atacan sectores como la electrónica, la informática o las telecomunicaciones.

Asimismo, desde hoy, los diplomáticos, otros funcionarios rusos y los empresarios ya no podrán beneficiarse de las disposiciones de facilitación de visas, que permiten un acceso privilegiado a la UE. Esta decisión no afecta a los ciudadanos rusos comunes.

Fuente: EFE.