Los desarrollos en la blockchain y las criptos siguen

Cada vez que el mercado de las criptomonedas sufre una corrección cíclica que es proporcional en magnitud a las alzas anteriores, analistas y observadores corren a proclamar la muerte del bitcoin y de un mercado que consideran una estafa piramidal en el mejor de los casos. Sin negar que el rally alcista que llevó a los criptoactivos a los 3 billones de capitalización de mercado en noviembre de 2021 y al bitcoin a 69.000 dólares se ha nutrido de especuladores y otra fauna que ha movido el mercado a golpe de tuit, llega el momento de poner la brutal corrección del mercado en perspectiva y de buscar las oportunidades que surgirán de esta crisis, según expresan muchos expertos.

Nota relacionada Bitcoin se ubica alrededor de $21.100 y se dirige a cero, dicen los medios estatales de China

La caída del 70% del precio de bitcoin (BTC) desde noviembre es el decimosexto descenso de la década. El promedio es del -50%, lo que lo convierte en el cuarto más grande. El retroceso en los mercados de los criptoactivos este año ha reducido su capitalización de mercado a alrededor de 900.000 millones de dólares, o 1 billón menos que el 1 de enero. «Esto ha sido doloroso para muchos, pero palidece al lado del impacto de la caída de la renta variable, una clase de activos más grandes y con más propietarios. 12 billones de dólares, o 13 veces más, se han borrado de los valores de las acciones estadounidenses solo este año», comenta Ben Laidler, estratega de eToro.

Nota relacionada El consumo de energía en la minería de BTC disminuye tras caída de los ingresos

Habla este experto de «capitulación catártica» en las criptomonedas. Explica que fue una ‘tormenta perfecta’ de mayores correlaciones con fuertes ventas de acciones y VIX; heridas autoinfligidas con el cese de la retirada de Celsius inmediatamente después del colapso de TerraUSD y Luna y contagio del bucle fatal de las liquidaciones apalancadas, margin calls y recortes de empleos de Coinbase (COIN) a BlockFi. «Tales liquidaciones no tienen precedentes y se producen en el contexto de una adopción continua, lo que crea oportunidades para los valientes», asegura.

Para Gerard Bernal, cofundador de Balio, «si bien es una apuesta hablar de precio y nadie sabe qué va a pasar», sin duda «es una tecnología – la blockchain – que ha llegado para quedarse». El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, hacía la misma distinción esta semana ante el congreso y mientras de las criptomonedas decía que son una «moda inversora», se llenaba de elogios hacia la cadena de bloques. «Es una de las innovaciones más estimulantes en los mercados financieros en las últimas décadas», dijo.

Nota relacionada Bitcoiners atrae las consecuencias de mercados inciertos

«Si estás interesado en entrar, lo mejor es no mirar precios, sino que es más inteligente, seguir lo que se conoce como DCA o Dollar Cost Averaging.” Además, explica la volatilidad del bitcoin por la propia oferta y demanda, “es un activo líquido y volátil igual que las acciones. Se correlaciona con el mercado, tanto en momentos de subida como bajada”.

«Los criptoactivos continúan desarrollándose y construyéndose en segundo plano», agrega Laidler por su parte. «Esta es la oportunidad a medio plazo», asegura. Las direcciones de los blockchains de bitcoin y las transacciones confirmadas aumentaron más del 20% el año pasado y el valor de transacción en dólares estadounidenses un 88%. En términos más generales, el 85% de los operadores estadounidenses cree que los pagos en moneda digital serán omnipresentes en cinco años, y una proporción similar le da una alta prioridad a la habilitación de estos pagos en la actualidad. «Mientras, nos acercamos a la fusión de Ethereum (ETH) con PoS, aumentando su escalabilidad y reduciendo los costes», subraya el experto de eToro.

Sobre la inversión en el bitcoin pura y dura, «la diferencia reside en el horizonte temporal de la inversión», comenta Bernal. «Como la mayoría de los activos bursátiles, al ser impredecible a corto plazo, el único horizonte temporal que tiene sentido es a largo. Es decir, a más de 10 años. Si es un horizonte temporal incómodo no es una inversión, más bien una apuesta», concluye.