Rusia va directo a sufrir dos años consecutivos de contracción por primera vez desde el colapso que siguió a la disolución de la Unión Soviética hace tres décadas, de acuerdo con una encuesta de Bloomberg.

Mientras la guerra del presidente Vladímir Putin en Ucrania continúa, los terribles costos económicos se hacen indudables luego de que la invasión desatara una ola de sanciones y provocara la salida de muchas empresas del país.

El producto interno bruto se contraerá un 9,6% en 2022 y un 1,5% en 2023, de acuerdo con una encuesta de Blooomberg realizada a 24 expertos llevada a cabo entre el 18 y el 23 de marzo. Antes del embestida a Ucrania a finales de febrero, la economía estaba encaminada a expandirse por segundo año.

En otra drástica revisión de las perspectivas, actualmente se proyecta que la inflación promediará un 20% este año, un ritmo que sería el más rápido en unas dos décadas. El banco central tendrá que mantener su tasa clave en un 20% al menos hasta fines del segundo trimestre, según la encuesta.

La guerra generó el colapso del rublo y sumió en el caos las cadenas de suministro mundiales y los precios de las materias primas, al igual que provocó la salida masiva de empresas del país. Para castigar a Rusia, los Gobiernos extranjeros han impuesto sanciones comerciales y financieras, congelado las reservas del banco central y excluyendo a muchos de sus bancos del sistema internacional de pagos SWIFT.

Rusia ha buscado la forma de aislar su economía y sus mercados con controles de capital, calcando las tasas de interés y otras medidas de emergencia, todo lo cual afectará el desarrollo.